El artista del margen

Amable Arias (Bembibre, León 1927 – San Sebastián, 1984) fue un artista maltratado. Maltratado por su propio padre cuando era pequeño y, años después, durante su carrera. Fue uno de los miembros del Grupo Gaur sobre el que ni la crítica, ni las instituciones, quiso reparar en profundidad. El centro Koldo Mitxelena de San Sebastián le dedica con Dar forma al caos y al azar una exposición compuesta por 150 piezas para sumergirse en su producción más intima y desconocida. “De hecho un 70% de lo expuesto es inédito, os imagináis, a día de hoy, una exposición de un Basterretxea o un Chillida, en la que el 70% de las obras no fueran conocidas”, se preguntaba esta mañana Fernando Golvano, comisario de la muestra.

Arias fue un artista poliédrico y complejo, pobre y lisiado, aniclerical y antimilitarista, marginado, en el que su producción se impregna de su experiencia vital, ha explicado Golvano, acompañado por la compañera sentimental de Arias, Maru Rizo, por la diputada de Cultura de Gipuzkoa, Ikerne Badiola, y la directora del área de la institución foral, Garazi López de Etxezarreta.

Golvano con la ayuda de Rizo, figura imprescindible en la conservación de la obra de Arias, ha recreado en el espacio central de la exposición la biblioteca del artista. Volúmenes de filosofía y literatura de izquierdas en los que Arias garabateó en sus márgenes, retratando a Borges, Marx, Chomsky, Sartre o simplemente plasmando su mundo interior. El pintor llegó a atesorar 429 libros, cuyas páginas guardan 2.480 dibujos, anotaciones y poemas ideados entre 1966 y 1983.

Cualquier material servía a para dibujar. El artista pobre esparció, por ejemplo, su creación en un rollo de papel encerado de 95 metros de largo. Un objeto que Rizo le consiguió en el banco en el que trabajaba y sobre el que pintó diversas figuras entre 1981 y 1982. La obra, Rollo, es uno de los grandes tesoros que alberga la muestra y que se acompaña de una audiovisual con fragmentos sucesivos de esos 95 metros de lienzo.

Otra de las principales creaciones inéditas del artista expuestas es Historia de Euskalerria, un libro de pruebas, del que conservó el título,y que cayó en la manos de Arias casi como un tesoro. Simplemente unas tapas gruesas y entre medias hojas, hojas y hojas en blanco sobre las que pintar. 155 dibujos y collages componen su historia particular.

Con Homenaje a Puigmiquel Arias muestra una obra antimilitarista cargada de ironía. El artista se sirvió para esbozar los dibujos de una edición del diccionario Espasa de los años 20 en el que unos dibujos ilustraban diferentes uniformes militares de diversos países. Arias mezcla en una serie de ilustraciones propias las vestimentas castrenses aderezadas con los personajes de los tebeos que leía de pequeño, Chicos, obra del catalán Puigmiquel.

El pensamiento de izquierdas de Arias se refleja, entre otros, en el conjunto de sobres que el artista transformó en un alegato contra la dictadura, y sobre los que aprovecha para pintar a un pelotari que golpea una pelota y la dirige hacia un sello con la imagen de Franco.

La exposición además se completa con cuadros de mayor formato entre autorretratos, retratos y otras composiciones, así como con un original de los estatutos fundacionales del Grupo Gaur y otros documentos que ya forman parte de la historia de la regeneración creativa de Euskadi.