Arrestan a dos supuestos miembros de la N’drangheta italiana en Barcelona
Están acusados por pertenencia a organización criminal y por tráfico de drogas
Regentaban cuatro pizzerías en Barcelona, y en al menos dos de ellas la policía sospecha que blanqueaban dinero de la droga. En una de estas, ni siquiera tenían tomate y pan... Si se presentaba un cliente, el único trabajador del local encargaba la comanda a otro de los restaurantes.
Así consideran los Mossos d’Esquadra que Guglielmo di Giovine, de 47 años, y su sobrino Rosario, de 30 años, consiguieron legalizar dinero negro de la mafia calabresa de la N’drangheta. El miércoles de la semana pasada les detuvieron en la ciudad catalana. Los presuntos mafiosos vivían en un piso en la zona del Eixample barcelonés, conducían un coche valorado en más de 100.000 euros y sus hijos estudiaban en los colegios privados más caros de la ciudad.
La policía calcula que en los dos años que ha durado la investigación, los detenidos lograron introducir al menos media tonelada de cocaína procedente de Sudamérica a través de Barcelona, con Calabria como destino último. Según explicó el inspector de los Mossos d’Esquadra jefe del Área Central de Crimen Organizado, Joaquim Francès, la N’drangheta se dedica básicamente a la extorsión y al tráfico de drogas, y suele asociarse con los cárteles colombianos de la droga.
Los detenidos llevaban al menos cinco años afincados en Barcelona. Francès explicó que los mafiosos italianos suelen elegir Cataluña como refugio por su situación óptima como puerta de entrada a Europa, pero también porque el gran número de italianos residentes en Barcelona (25.000) les permite pasar desapercibidos.
Operación más amplia
Las detenciones forman parte de una operación más amplia, coordinada por la fiscalía antimafia calabresa, que se ha saldado con 43 personas arrestadas por tráfico de droga y pertenencia a organizaciones vinculadas a la mafia de las regiones de Calabria y Lombardia.
Los detenidos están acusados de traficar con hachís y cocaína, en un holding con traficantes de Colombia, Uruguay y Perú. Pasquale C. era presuntamente el jefe del grupo mafioso, y se encuentra en la actualidad en prisión en Italia. Guglielmo también había sido condenado a 20 años de prisión en Italia por pertenencia a organización criminal, aunque se encontraba en España en situación legal, sin deudas pendientes con la justicia.
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