Seguridad reconoce errores en el partido Euskadi-Bolivia
Beltrán de Heredia asegura que el dispositivo fue el adecuado y que nada hacía prever la “violencia inusitada” de los hinchas
Faltó un alto mando al frente del dispositivo, no llegaron los refuerzos, las comunicaciones no funcionaron y hubo errores en la ejecución de las órdenes, pero el dispositivo fue el “adecuado” ante la “organización preconcertada” de alrededor de 200 personas que nublaron con material pirotécnico el partido entre la selección de Euskadi y Bolivia en diciembre. Una “violencia inusitada” que, según el Departamento de Seguridad, el análisis y la información previa al evento deportivo no se podía prever.
La consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, ha comparecido hoy ante la comisión que controla su área en el Parlamento para explicar lo ocurrido el pasado 29 de diciembre en el estadio Anoeta durante el partido amistoso entre la selección vasca de fútbol y la de Bolivia, con incidentes en la tribuna sur que terminaron con 14 ertzainas heridos –dos de ellos aún están recuperándose-, 16 expedientes sancionadores abiertos y duras críticas contra el dispositivo, el Departamento y contra los hinchas que lanzaron bengalas.
Beltrán de Heredia ha relatado que en el momento en que se comenzó a lanzar bengalas, se pidió a través de la megafonía en tres ocasiones de que cesaran en estas actividades, algo que, lejos de ocurrir, “empeoró”. Los agentes situados en las puertas 21 y 22 recibieron la orden de acudir a la zona, diez en total. Un grupo no llegó por estar identificando a otros aficionados. Los agentes identificaron y retiraron a un joven que había lanzado una bengala, lo que provocó que los hinchas les golpearan. Entre el inicio de los incidentes y su final pasaron, según ha indicado, 16 minutos. Cuando llegaron los refuerzos, tal y como ha explicado, la violencia había cesado. La Ertzaintza, ha indicado en el primer turno, “no pudo realizar labores de disuasión”, pero en su segunda intervención ha negado tajantemente que se perdiera el “control en ningún momento”.
Beltrán de Heredia ha leído a los grupos las conclusiones de la investigación interna que ordenó para esclarecer los hechos –los sindicatos del cuerpo también las conocerán hoy- y que recogen que faltó la presencia de un mando con el rango y la experiencia necesaria a cargo del dispositivo de seguridad, que “efectivos insuficientes” se acercaron al punto en el que se produjeron los disturbios –la tribuna sur- y que los agentes acudieron sin material antidisturbios. En esta lectura también ha destacado que no se prohibió la utilización de cascos a los agentes y que el material antidisturbios estaba “a 60 metros”, en los furgones, que no hubo una reunión entre los responsables del dispositivo y las brigadas y los responsables de antidisturbios no acudieron a la reunión previa celebrada a las cinco de la tarde.
Asimismo ha reconocido que “es evidente que algunos controles de acceso no fueron suficientemente exhaustivos”, aunque ha destacado que en partidos de este tipo se dispone de 60 efectivos de seguridad privada, mientras que en este caso hubo 91 vigilantes. Beltrán de Heredia ha relatado que en las puertas 21 y 22 se sumaron el acceso al partido con el final de un concierto que se había organizado en las inmediaciones del partido. Allí se produjeron aglomeraciones, tal y como ha reconocido, que requirieron de la presencia de las brigadas de refuerzo.
“Hay que corregir detalles”, ha reconocido la consejera, que después ha señalado que “hubo errores en la gestión de las órdenes”. La consejera ha calificado el dispositivo de seguridad como “superior a cualquier evento” de estas características -123 agentes, 37 más que en eventos de este tipo-, “más que suficiente” y que respondió a la calificación de “alto riesgo” y ha basado su discurso en señalar que nada hacía prever la “violencia inusitada, desmedida, de lanzamiento de bengalas”. En el segundo turno, Beltrán de Heredia ha asegurado que los dispositivos aplicados, “buenos o malos, son la herencia anterior” porque “no hubo orden [del departamento] de cambiar los protocolos”.
A las conclusiones de la investigación interna, la consejera de Seguridad ha añadido tres reflexiones: la “inconveniencia de permitir que eventos de este tipo lleven pareja la organización de txosnas o conciertos”, su preocupación por el “consumo prolongado de alcohol” de los hinchas que se vieron involucrados en los incidentes, y ha remarcado su intención, ya expresada el lunes entre los objetivos de su departamento para esta legislatura, de “revisar la estructura de las brigadas de control de masas”.
La oposición ha sido muy crítica con la postura de la consejería, con calificativos de “contradictoria y decepcionante”, según el PP, que ha achacado a la consejera cierta “candidez”, el PSE ha censurado el “dispositivo insuficiente”, UPyD ha criticado la “irresponsabilidad e incapacidad con mayúsculas” e incluso ha señalado que Beltrán de Heredia está “incapacitada para dirigir el departamento porque provoca justo lo contrario, inseguridad”. EH Bildu ha señalado que “a más violencia en la respuesta policial, más caos” y ha recordado en varias ocasiones el caso Cabacas, tras resaltar que la coalición “no apoya este tipo de conductas [las de los hinchas]” que no hacen “ningún favor a la reivindicación de la oficialidad”.
De su lado, Erne, el sindicato mayoritario de la Ertzaintza, ha pedido el cese de los dos máximos responsables de la comisaría de la policía autonómica en San Sebastián por los incidentes de Anoeta. El portavoz de este sindicato, Roberto Seijo, ha seguido la comparecencia de la consejera en el Parlamento.
A su juicio, el informe que ha presnetado Beltrán de Heredia confirma que el dispositivo fue un "caos organizativo" y que hubo una "descoordinación absoluta" en la ejecución del mismo y que los resultados pudieron ser todavía mucho peores de lo que fueron.
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