El Gobierno afirma que las dificultades para el dique flotante son “insuperables”

De promesa electoral fallida a patata caliente que el Gobierno no sabe cómo despejar improvisando versiones contradictorias. El dique flotante para la ría de Ferrol, tan cacareado por el PP en precampaña, presenta ahora “dificultades insalvables e insuperables”. Así de rotundo se mostró ayer Ramón Aguirre, presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que controla los astilleros públicos de Navantia, tras recibir a dos diputadas socialistas ferrolanas que acudieron a Madrid a pedir explicaciones por la negativa a una infraestructura que tiene en vilo a toda una comarca especializada en el naval y asfixiada por el paro (28%), que ha puesto todas sus esperanzas en la reparación de grandes buques.

 El Gobierno admite que técnicamente es posible pero desvía la culpa hacía Bruselas y argumenta que financiar la obra con dinero público supondría quebrantar las normas de la competencia que Europa castiga con multas multimillonarias. Sin embargo, las diputadas Beatriz Sestayo y Paloma Rodríguez, salieron del encuentro con otra versión. Según ellas, Aguirre se mostraba dispuesto a “reconsiderar” el dique si el Ministerio de Fomento lo cargaba en su presupuesto.

Las reticencias de la UE a un dique similar al que ya funciona en Navantia Cádiz se limitan a una simple consulta “verbal e informal” de la que no hay constancia por escrito, explicó Sestayo, que reclamó sin éxito una copia de la pregunta planteada a Bruselas. El pasado jueves, el PP votó a favor de una moción del PSdeG de apoyo al dique, aprobada por unanimidad en el Parlamento.