La caída de dos falsos techos retrasa el inicio de clases de Industriales de la UPC
Los alumnos no podrán volver a las aulas hasta el 18 de febrero
En la Escuela Superior de Ingeniería Industrial de Barcelona (ETSEIB) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) trabajan estos días a contrarreloj para tener a punto la facultad de cara al inicio del segundo semestre. Mientras los alumnos estaban de exámenes esta semana, los albañiles se daban prisa para cambiar varios falsos techos de la escuela, después que dos placas se desprendieran a finales de enero.
Los incidentes, que no causaron heridos, sucedieron con pocos días de diferencia en dos laboratorios. La UPC encargó un estudio de urgencia del estado de estos paramentos. El informe técnico constató que era necesario “cambiar y reforzar el falso techo en varios puntos”, explican fuentes del rectorado. La intervención se está haciendo en clases, pasillos y laboratorios, cosa que ha obligado a retrasar una semana todo el calendario académico. Las clases, que debían retomarse este lunes, no lo harán hasta el 18 de febrero.
Hugo Tapia, estudiante de quinto curso de Ingeniería Industrial, y otros estudiantes consultados no se mostraron muy preocupados por el retraso en el inicio de las clases. Lo único que les angustiaba en parte era que el nuevo calendario pudiera interferir en viajes de verano ya previstos, informa Aitor Sáez.
Los problemas de la escuela de Industriales de la UPC con los falsos techos no son nuevos. “Periódicamente se desprenden fragmentos de bovedilla de hormigón [elemento que se coloca entre las viguetas]. Esto provoca un sobrepeso sobre el falso techo y acaba cediendo. Pasa cada cierto tiempo y aunque se han tomado medidas, han sido chapuceras. Es un problema histórico y grave”, reconoce Josep Ferrer, ex rector de la UPC y profesor de la Escuela de Ingeniería Industrial.
Francesc Roure, director de la ETSEIB, apunta a dos causas del desprendimientos. "Las bovedillas se picaron cuando se pusieron las rejas de protección, y no las debían haber picado. Entonces se hicieron unas grietas que se han agravado con las dilataciones y contracciones del material por los cambios de temperatura", abunda Roure, que niega que existan riesgos para los alumnos.
Ferrer lamenta que se haya retrasado la rehabilitación integral del edificio, en el que se instaló la UPC en 1964 y que actualmente acoge a más de 3.000 estudiantes. “La reparación no se acaba de hacer nunca, ya sea por falta de dinero o por el futuro traslado al campus del Besòs. Se va dando largas. Es una negligencia”, añade el docente. Está previsto que la facultad se traslade al Campus Diagonal-Besòs durante 2015-16, tres años más tarde de lo previsto.
La UPC es la universidad catalana más asfixiada económicamente, con una tesorería al límite (que obliga a atrasar pagos ocasionalmente) y un déficit acumulado de 100 millones. Este ahogo ha llevado al campus a emprender un profundo plan de reestructuración que pasa por la fusión de escuelas, la reducción de titulaciones o la explotación económica de su patrimonio.
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