Currás ataca a PSdeG y BNG para no explicar los escándalos de Santiago
La oposición clama contra el “desgobierno” y exige que el alcalde dimita
Al atribulado alcalde de Santiago, el popular Ángel Currás, no le quedó más remedio que celebrar ayer el pleno extraordinario que le habían exigido sus opositores para que diese cuenta de la insólita situación que vive el Ayuntamiento de la capital de Galicia. Con dos imputaciones judiciales a cuestas del alcalde; sus jefes de gabinete y de seguridad, así como dos concejales de su grupo, igualmente imputados, y el PP local peleándose a la vista del público, el pleno de ayer había despertado tanta expectación que costaba moverse entre la maraña de cámaras de televisión que atestaban la sala. Pero un impertérrito Currás despachó el trámite en poco más de media hora. El alcalde —que solo lleva nueve meses en el cargo, tras sustituir a su antecesor y compañero de partido, Gerardo Conde Roa, también imputado por defraudar 291.000 euros a Hacienda— se limitó a lanzar insinuaciones contra PSdeG y BNG sin ofrecer la menor explicación sobre el sainete que se escenifica desde hace semanas en el Pazo de Raxoi.
Currás y la portavoz de su partido, María Castelao, hablaron de muchas cosas en poco tiempo. Hablaron de los conflictos por el liderazgo del PSdeG y hasta lamentaron que los socialistas eligiesen candidato a la Xunta sin celebrar primarias. Hablaron de cómo Xosé Manuel Beiras abandonó el BNG y se ha aliado con un “partido españolista”. El alcalde desempolvó el caso Carrumeiro, que salpicó en su día a cargos del Bloque por la concesión de contratos desde el bipartito de la Xunta a empresas afines, y dejó caer que en el anterior gobierno municipal de Santiago las obras se adjudicaban por indicación del concejal responsable, el socialista Bernardino Rama, presente en el pleno de ayer y que trató sin éxito de tomar la palabra para defenderse. Currás y Castelao enchufaron el ventilador de las sospechas en todas las direcciones y hablaron de casi todo menos de lo que tocaba. Ni del fondo del asunto que ha motivado las dos imputaciones contra el alcalde ni del espectáculo de división interna protagonizado en las últimas semanas por el PP, que forzó a intervenir a la dirección gallega del partido.
El portavoz socialista, Francisco Reyes, ironizó con que el actual gobierno municipal es un “bipartito del PP” y deploró que los sucesos de los últimos meses hayan “manchado la imagen internacional de una ciudad antes conocida por su excelencia urbanística y ahora asociada a la corrupción”. Reyes formuló preguntas concretas al alcalde sobre el caso que ha motivado su imputación en la Operación Pokémon: los contratos con Sermasa, filial de Vendex, empresa que gestiona varios servicios en Santiago y que está acusada de repartir sobornos a responsables municipales de varias ciudades gallegas. El gobierno de Currás prolongó verbalmente uno de sus contratos con Sermasa después de que expirase el plazo legal del anterior.
El BNG había calentado la sesión en la calle, en la Praza do Obradoiro, donde algunas decenas de militantes, armados con escobas y fregonas, pidieron a gritos una “limpieza” en la ciudad. Dentro, el portavoz nacionalista, Rubén Cela, habló de “desgobierno”, de “bochorno y vergüenza” para los ciudadanos, de una “situación políticamente insostenible” con la “gestión ordinaria colapsada” y sin presupuestos para este año a la vista. Cela exigió que el alcalde dimita “por la imagen de la ciudad y por la credibilidad del Ayuntamiento”.
Currás solo se refirió al fondo de uno de los asuntos para negar que la administración local hubiese manipulado un informe sobre la prolongación del contrato a Sermasa. Lo demás fueron ataques e insinuaciones sobre la oposición, que hasta incluyeron un análisis de la caída electoral de PSdeG y BNG. De las peleas en el PP, ni una palabra. Y es que lo mejor para Currás aún estaba por venir: la dimisión, en otro pleno celebrado a continuación, de su gran rival interna, la hasta ayer concejala Paula Prado, a la que Feijóo ha nombrado portavoz del PP gallego para apartarla de la guerra de trincheras en Santiago.
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