El fracaso escolar sale caro
Los universitarios aportan a las arcas públicas el triple que las personas sin estudios Reducir a la mitad el abandono ayudaría a ingresar 215 millones anuales
Reducir el fracaso escolar y aumentar la media de la formación de la sociedad es rentable económicamente. Mientras una persona con estudios universitarios que trabaja como asalariado aporta a las arcas estatales 7.763 euros en impuestos (Seguridad Social e IRPF), un trabajador sin estudios contribuye una tercera parte, 2.780 euros. Los datos se refieren a trabajadores catalanes con nómina (no se contempla a los autónomos) y están recogidos en el estudio 'El coste social y económico del fracaso social’, elaborado por la Fundación Cecot Persona i Treball y la Fundación Privada Institut Industrial i Comercial.
Esta diferencia se explica en que las personas con un nivel formativo más alto acceden a puestos mejor remunerados. Aquellos que cuentan con un título superior tienen una renta neta anual de 13.878 euros (media estatal), mientras que los que no han acabado los estudios básicos, apenas llegan a los 8.550 euros.
Además, el paro castiga mucho más a los sectores de población sin apenas estudios, entre un 30 y un 38%, un porcentaje que se reduce hasta el 13% en el caso de los universitarios y hasta el 5% si se dispone de un doctorado. Esto afecta directamente a la tasa de riesgo de pobreza, que se dispara hasta el 28,9% en el primero de los casos, mientras que cae hasta el 8,7% en los universitarios.
Recortar en educación a “puede tener consecuencias nefastas a largo plazo”, alertan los expertos
El estudio también revela que reducir el fracaso escolar daría oxígeno a las castigadas balanzas públicas. Cataluña es una de las comunidades más penalizadas por el abandono prematuro de los estudios y el fracaso escolar. En 2011, un 21,8% de alumnos que cursaban ESO no llegó a graduarse y de los que lo hicieron, un 26% no prosiguió sus estudios, un nivel “alarmante” según el informe. La comunidad catalana tiene el objetivo de reducir este último porcentaje hasta el 15%, tal y como marca la Unión Europea. Si así fuera y se recortara a la mitad el fracaso escolar, el Estado podría llegar a recaudar hasta 215 millones adicionales anualmente en concepto de impuestos, según los cálculos realizados en el estudio presentado este martes.
En tanto que el nivel de información es determinante en la situación laboral y las conductas sociales, los investigadores inciden en que las personas con mayor nivel de no hacen tanto gasto de los servicios sanitarios (tienen mejores hábitos alimentarios) ni requieren tanto de prestaciones laborales o asistenciales. Con todo, el estudio pone el acento en que el fracaso escolar supone un “lastre” para cualquier país y alerta que recortar el gasto en educación a “puede tener consecuencias nefastas a largo plazo”.
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