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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Alternativas a la Barcelona excluyente de Trias

Los impactos de la crisis y de las políticas neoliberales sobre las clases populares de Barcelona están siendo durísimos: el paro y los desahucios tejen la vida cotidiana en muchos barrios; la exclusión de miles de personas de la renta mínima de inserción, o la supresión de las ayudas al alquiler empujan a sectores de población hacia la pobreza. Según el Barómetro municipal de diciembre, el desempleo, las dificultades de cobertura de necesidades básicas y los recortes sociales se sitúan como los principales problemas de la gente, muy por encima de cualquier otro aspecto. Y de forma significativa, crece tanto el porcentaje de los que creen que la ciudad ha empeorado, como el de aquellos que otorgan una valoración negativa al Gobierno municipal. Conciencia social frente a lo tremendamente injusto de esta crisis, y malestar ciudadano frente a unas políticas municipales que no la combaten ni con justicia ni con eficacia, frente a un alcalde que mira hacia otro lado mientras las personas más vulnerables sufren.

No se trata de hacer una lectura simple de una realidad compleja. En la ciudad se expresan todas las injusticias, aunque muchas de ellas tengan causas globales. Ahora bien, un Gobierno como el de Barcelona no solo no debe permanecer impasible, sino que dispone de herramientas para contribuir, de forma muy clara, a la creación de condiciones de igualdad y bienestar social. Y es ahí donde se dibuja la involución, el giro conservador de Xavier Trias. El paro crece en la ciudad, pero el Gobierno desmonta las políticas activas de empleo y Barcelona Activa. Los desahucios crecen, pero el alcalde no consigue la cesión, por parte de ningún banco, de un solo piso vacío para realojo de familias afectadas. Las dificultades económicas crecen, pero CiU decide subidas abusivas de tarifas del transporte público y del agua, en este caso —con el apoyo del PSC—, para blindar los beneficios empresariales de su privatización. Las familias jóvenes con criaturas no lo tienen nada fácil, pero el Gobierno municipal privatiza la gestión e incrementa el precio de las escoles bressol. Sí, en Barcelona va aflorando un alcalde sin capacidad política de liderazgo, y un Gobierno sin conexión social con las inquietudes y los valores mayoritarios de la ciudadanía. El alcalde gris de un Gobierno excluyente.

Datos recientes apuntan que las desigualdades sociales y territoriales en Barcelona se amplían. Sabíamos que las políticas urbanas de CiU ahondaban en esa dirección: desde el frenazo a la ley de barrios hasta la Marina de Lujo en el Port Vell, pasando por el Passeig de Gràcia premium, o el apoyo a la economía especulativa de Eurovegas o BCN World. De un análisis detallado del Programa de Inversiones Municipales surge ahora una nueva evidencia: Trias recorta un 60% las inversiones sociales de proximidad y castiga a los distritos de clases populares con los máximos recortes en inversión per capita. Renuncia, por tanto, a las políticas de cohesión social y territorial por medio de la inversión redistributiva en equipamientos municipales del Estado de bienestar. La inversión social cae en 180 millones de euros respecto al periodo 2008-2011: en todos los ámbitos, desde la reducción del 42% en bienestar hasta el 79% en centros educativos. Es además regresiva entre barrios: si en la etapa 2008-2011 la inversión per capita en los distritos de rentas bajas doblaba la de los distritos ricos (1.535 euros por 852 euros), ahora tiende a igualarse (390 euros por 329 euros). Con CiU en el Gobierno municipal desaparece el compromiso por una inversión social en los barrios potente y redistributiva.

En este contexto toma fuerza la indignación y el compromiso social en los barrios. La Plataforma Nou Barris Cabrejada o la Assemblea de Solidaritat contra los Desalojos en Sant Martí son dos ejemplos de ello. Las alternativas son posibles. ICV-EUiA hemos elaborado una propuesta de inversión social de 300 millones para hacer posibles 65 nuevos equipamientos de proximidad, con un 75% de la inversión en los distritos con mayores índices de necesidad. Seguiremos trabajando para hacerla posible: desde la calle, con los movimientos ciudadanos; y en el ámbito institucional, con propuestas cargadas de rebeldía y esperanza.

Ricard Gomà es presidente del Grup Municipal ICV-EUiA en Barcelona.

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