La fuga más corta
Detenidos dos presos huidos de la cárcel de Figueres mientras estaban sentados en un banco
Ha sido, seguramente, la fuga más corta (en distancia) de la historia de las cárceles catalanas. Dos presos huyeron la pasada madrugada de la prisión de Figueres, situada en el centro de la ciudad, y fueron detenidos horas después por los Mossos d’Esquadra cuando estaban sentados en un banco de la Rambla, apenas a unos centenares de metros. A pesar de la laboriosa fuga —huyeron desde la enfermería descolgándose con varias sábanas atadas— los internos no quisieron ir muy lejos y fueron descubiertos por un funcionario de la prisión, que les reconoció. La Dirección General de Instituciones Penitenciarias anunció que “revisará” los protocolos de seguridad tras el incidente.
Miguel R., de 43 años, y José María A., de 45 —ambos con antecedentes por robo—, se fugaron a través de la puerta de la enfermería y, tras alcanzar el patio de la prisión, saltaron una verja del perímetro de seguridad. El sistema de alarmas falló y no alertó de la huida, según fuentes del centro, una cárcel con más de 100 años de antigüedad. Fue un funcionario de la prisión quien les vio sentados en un banco en la Rambla y, al entrar a trabajar y enterarse de que los internos se habían escapado, avisó a la policía, que los detuvo “inmediatamente” sobre las nueve de la mañana.
El centro penitenciario ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias de la huida. La cárcel de Figueres solo cuenta con un perímetro de seguridad y adolece de importantes “defectos estructurales” debido a la antigüedad de las instalaciones, afirmaron las mismas fuentes. A pesar de ello, la Generalitat mantiene cerrada la nueva prisión de Puig de les Basses, terminada en junio de 2011, que debía permitir el cierre definitivo de la cárcel actual. “La Generalitat tiene que abrir la nueva cárcel”, reclamó el delegado de UGT, Iván Lavado. “Con casos como este se pone en riesgo la seguridad de funcionarios, internos y la población en general”, denunció. La nueva cárcel ha costado más de 108 millones de euros y, aunque está cerrada, su mantenimiento cuesta 1,5 millones al mes a la Generalitat.
Este es el segundo incidente de importancia relacionado con fugas de presos registrado en Cataluña esta semana. Un reo de la Modelo de Barcelona ingresado en la sexta planta del hospital Clínic huyó el lunes descendiendo por la fachada y las cañerías.
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