Los vecinos alarmados por la venta de droga en las calles de Velluters

De unos meses a esta parte, hay más clientes en busca de droga que de servicios sexuales en el barrio chino de Valencia. Velluters está en el centro de la capital aunque su gran número de solares vacíos y el trasiego de la prostitución en calles como Viana y Balmes le restan pedigree y atractivo a la hora de escogerlo como residencia. 

"Siempre ha habido menudeo [de drogas] en la zona, pero de unos meses a esta parte hemos detectado un aumento de clientes importante", explica Honori Estornell, vecino de Velluters y vicepresidente de la Asociación de Vecinos El Palleter.

Los fines de semana el movimientos de compra-venta de dosis se multiplica en torno a los locales de ocio de Viana y Balmes y también de la calle San Gil, esquina con el Mercat Central, describe Trini Piquer, que confiesa haber sufrido replesalias cuando ha denunciado las lacras del barrio.

La última cruzada del barrio, la de toda la vida, es la erradicación de la prostitución de Velluters. El dirigente vecinal Ricardo Bruguete alertaba el pasado julio no solo sobre la oferta de servicios sexuales si no sobre los problemas asociados: menudeo de droga, reyertas y otros episodios incompatibles con una vida apacible para los vecinos. 

El menudeo mueve más gente que la prostitución, denuncian 

Los vecinos protestaron en la calle para forzar al Gobierno local del PP a aprobar una ordenanza que regule la prostitución. Hoy siguen esperando que Valencia regule estas prácticas en la calle como ya han hecho otras grandes capitales españolas. "Es curioso que el vicealcalde Alfonso Grau diga en el pleno municipal que vivimos en un barrio privilegiado. No sé en qué se basa", agrega Estornell.

"Hay un aumento de clientes y no es por la prostitución", remachan. Ya se han dirigido a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local de Valencia para trasladarles su inquietud. "Nos consta que conocen el problema y, al parecer, disponen de imágenes de lo que estamos hablando", añade Piquer.

El trasiego de droga se concentra en los entornos de los locales de ocio del chino y, según aseguran, la sustancia más distribuida es la heroína. El fenómeno les preocupa porque es relativamente nuevo, "hace cuatro o cinco meses que se ha disparado", calculan.