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El AVE certifica su conexión europea tras llegar a Girona

La alta velocidad estrena el tramo entre Barcelona y Figueres

El tren inaugural, ayer, a su paso por Sant Andreu del Terri.
El tren inaugural, ayer, a su paso por Sant Andreu del Terri.PERE DURAN

Girona y Figueres se suman desde ayer a la larga lista de ciudades españolas por las que pasa el AVE. Pero en este caso su estreno es distinto, porque representa también un hito para la red española de alta velocidad: su conexión con la frontera francesa. Es el simbolismo que cargaba consigo el tren que partió de la estación de Barcelona-Sants a las 11.01 —un minuto de retraso ocasionado por la tardía llegada del príncipe Felipe— y que paró en la estación de Figueres apenas tres cuartos de horas después, tras haber tomado una velocidad punta de 291 kilómetros por hora y haber recorrido 131 kilómetros.

De momento, el tramo inaugurado ayer, cuyo coste ha superado los 3.700 millones de euros, servirá sobre todo para acortar las distancias entre Figueres y el resto de ciudades españolas. Viajar de Barcelona a Girona en AVE supone solo 37 minutos de viaje y hacerlo hasta Figueres, 53 minutos. El tiempo de viaje hasta París desde la capital catalana apenas se recortará, quedará en unas siete horas, ya que hasta la próxima primavera no será posible eludir el cambio de tren en la estación de Figueres-Vilafant, debido a problemas técnicos. Y no será hasta 2020, como aseguró la Comisión Europea, que ese mismo trayecto se pueda reducir hasta las cuatro horas y media, estimación que dependerá de las obras que tiene que realizar el Estado francés entre Nimes y Montpellier.

El avance de la alta velocidad hasta la frontera francesa se ha comportado como un brazo telescópico que ha necesitado de más de una década para ser desplegado. En 2003 llegó a Lleida, tres años después a Tarragona y no fue hasta 2008 cuando se plantó en Barcelona, de donde no pasaba hasta ahora.

Dos años después, la concesionaria hispano-gala TP Ferro puso en marcha el túnel del Pertús, que abría la posibilidad de cruzar el Pirineo con una vía de ancho internacional y que ha estado casi en desuso desde entonces, con el paso de apenas media docena de trenes diarios. Pero faltaba que las vías cruzaran el centro de Barcelona y completaran los diferentes tramos hasta Figueres para poder completar un puzle difícil de encajar a causa de diferentes motivos. A veces por las protestas vecinales, como sucedió en el caso del túnel que cruza Barcelona, y en otras por los cambios de opinión de los diferentes partidos políticos, como ayer bien recordaba uno de los invitados que viajaron en el tren inaugural.

El tren inaugural hizo el primer trayecto en apenas 45 minutos

Con ese último tramo concluido, el túnel del Pertús podrá crecer ligeramente gracias a las nueve frecuencias de trenes que se pondrán en marcha entre Barcelona y París (dos desde Madrid), aunque no mucho hasta que el corredor mediterráneo esté completado y crezca el tráfico de mercancías.

A pesar del hito alcanzado a partir de hoy, cuando empiecen a operar los trenes comerciales, el AVE sigue dejando a su paso obras sin resolver (desde operaciones urbanísticas que estaban vinculadas a subestaciones eléctricas para dotarse de energía) y pasa de largo por algunas paradas que eran a priori obligatorias. Ya sea la estación de la Sagrera en Barcelona o el aeropuerto de El Prat. Ambas estaciones seguirán convertidas durante años en meros proyectos.

La polémica en torno al desarrollo de la alta velocidad en Cataluña la evidencia un dato. Ayer, en la inauguración, solo un exministro de Fomento, José Blanco, acudió a la ceremonia, en la que faltaron otros como el expopular Francisco Álvarez Cascos o la socialista Magdalena Álvarez.

Y una vez puesto en marcha el nuevo tramo, Renfe deberá cumplir los compromisos que asumió en su momento con las líneas de Rodalies de Barcelona. Parte del tráfico de trenes que ahora circulan por vías de ancho ibérico podrán ser trasladadas a la nueva red estrenada ayer, muy especialmente el túnel que pasa por debajo de la calle Mallorca de Barcelona. Eso liberará espacio en vías que ahora están al borde del colapso y tendría que obligar a la operadora a dar más servicio de Rodalies y reducir las continuas incidencias que tantos quebraderos de cabeza provocan entre sus usuarios.

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