Barcelona precinta una sala de Las Arenas por incumplir la normativa

Peter Pan, al que estos días se había visto deambular por el centro comercial Las Arenas, ha tenido que regresar de inmediato al País de Nunca Jamás. El Ayuntamiento de Barcelona ha precintado de forma cautelar La Cúpula, una sala polivalente donde se estaba representando un musical infantil basado en la obra de James Matthew Barrie. El Consistorio considera que la sala incumple varias normas contra incendios y en materia de evacuación, por lo que no puede seguir funcionando hasta que esas deficiencias se subsanen. La Cúpula, además, carece de la “autorización previa”, según el Ayuntamiento, para acoger el Arenas Festival, un evento de arte y música que comenzó el pasado 22 de noviembre y tenía previsto prolongarse hasta el 16 de febrero. El futuro del evento está ahora en el aire.

Los responsables del festival abrieron ayer la sala polivalente a los medios de comunicación y expresaron su rechazo a la actuación del Ayuntamiento. Consideran que el alcalde de la ciudad, Xavier Trias, ha querido dar “un escarmiento” y un “aviso a navegantes” a los espacios que incumplan la normativa. “El problema es que han elegido mal. Este es un equipamiento moderno que cumple los requisitos. El mismo Trias ha estado aquí dando un mitin y dijo que esta era su casa. No entendemos por qué ha dejado de serlo. La decisión de cerrar un local así es exagerada”, argumentó por la tarde el presidente del Arenas Festival, Óscar Monge, frente al escenario donde ayer todavía podía verse el decorado que ilustra la historia del niño que no quería crecer.

La Cúpula es una sala multiusos y, como tal, dispone de autorización municipal. Acoge multitud de actos: mítines políticos, exhibiciones de coches o conciertos, entre otros. El año pasado, por las mismas fechas, se representó el musical de Grease.Para organizar cada uno de estos eventos, la empresa que gestiona el recinto ha de comunicarlo previamente al distrito del Eixample. Así lo hizo en el caso del Arenas Festival, según sus responsables. Pero el Consistorio no dio señales de vida hasta el pasado viernes, cuando notificó una orden de cese de actividad por falta de autorización previa. Los bomberos habían emitido un informe desfavorable a la autorización porque la documentación “no era adecuada” y, ese viernes, dio un plazo de 10 días para resolver el problema.

El sábado por la tarde, 19 técnicos irrumpieron en La Cúpula minutos antes de que comenzase el musical de Peter Pan. El Ayuntamiento argumenta que se trató de una “inspección rutinaria” ajena al informe de los bomberos. Los responsables de la sala, en cambio, creen que el Consistorio quiso intervenir antes de fin de año contra un espacio con capacidad para más de 1.500 personas. “Entendemos el contexto de gran preocupación generado por recientes y desgraciadísimos sucesos”, expresó Monge en una nota, en alusión a la tragedia del Madrid Arena.

Durante una inspección ocular que se alargó casi 10 horas, los agentes de la Guardia Urbana detectaron “deficiencias” y concluyeron que el espacio no cumplía los requisitos mínimos para permanecer abierto. El Ayuntamiento de Barcelona difundió ayer una nota que detalla las presuntas irregularidades: la señalización e iluminación de las salidas de emergencia es “insuficiente”, y además algunas están “obstruidas”; hay “material inflamable bajo las gradas” y los detectores de incendios están “anulados”; las gradas tienen “elementos metálicos salientes que podrían ser peligrosos”. La sala, además, no dispone de “ningún controlador de acceso acreditado” ni “vigilante de seguridad”. El Consistorio anunció que iniciará un expediente sancionador contra la promotora del festival.

Arropado por técnicos y otros responsables del festival, Monge rechazó que las irregularidades detectadas sean motivo suficiente para clausurar el local. El presidente señaló que, durante la inspección policial, ya se subsanaron algunos de los “pequeños problemas” que figuran en la lista. En el caso de las salidas de emergencia, por ejemplo, los técnicos retiraron material que había tras las cortinas y que, en caso de ser empleadas, podían ser molestos. Y los “elementos metálicos” peligrosos son barras de hierro (ver foto) que sobresalen del suelo en la primera fila de butacas y que pueden cubrirse fácilmente, señaló.

Las normas de seguridad de la sala ya habían sido validadas por los bomberos. Pese a todo, la Guardia Urbana decidió cerrar el local, por lo que Monge considera que quizá “la decisión ya estaba tomada”. Ninguna de las irregularidades, precisó Monge, es motivo suficiente para precintar el local. En una nota emitida ayer, la empresa se limitó a decir que “reforzará e intensificará todavía más si es necesario” las medidas de prevención para “reanudar de inmediato” un festival que “se ha saldado con un gran éxito ciudadano y artístico y que no ha provocado la más mínima incidencia”.

La función de las 20 horas del sábado ya no se pudo celebrar; tampoco las dos que había programadas para ayer. Hoy está prevista una reunión entre el Consistorio y los responsables de la sala. “Todo está arreglado, esperemos que se imponga la cordura”, afirmó Monge. La sala tenía previsto retomar la actividad el 2 de enero. Unas 1.000 personas ya habían comprado su entrada para ver Peter Pan. La empresa ofrecerá a los afectados la posibilidad de ver el espectáculo otro día.