Ningún esfuerzo fiscal para las rentas más altas
Facenda alega que no quiere "retirar dinero de la economía"
Para dar una idea de las dificultades que entraña elaborar unas cuentas públicas en un momento como este, tanto Feijóo como la conselleira de Facenda, Elena Muñoz, esgrimieron ayer con insistencia un dato: desde que el PP retornó al poder, los ingresos de la comunidad autónoma han caído en 2.500 millones de euros, debido a los sucesivos recortes en las transferencias del Estado y a la menor recaudación impositiva como consecuencia de la débil actividad económica.
Pese a esos lamentos, ni Feijóo ni Muñoz expusieron ninguna medida destinada a aumentar los ingresos de la Xunta. Es más, los presupuestos recogen varias reducciones de impuestos. Habrá una deducción del 20% del IRPF (hasta un límite de 4.000 euros) en las inversiones para crear nuevas empresas o ampliar las existentes. Y se duplicará la deducción, hasta un límite de 8.000 euros, a los que compren acciones de empresas recién creadas. También se reducirá en un 95%, hasta un máximo de 118.750 euros, el impuesto de sucesiones en las herencias a menores de 35 años que destinen el dinero a fundar una sociedad. La compra de locales para nuevos negocios o los préstamos con el mismo fin quedarán exentos del impuesto de actos jurídicos documentados (escrituras notariales) hasta un tope de 1.500 euros.
Además habrá rebajas en la compra de viviendas. Un 20% menos en el impuesto de transmisiones patrimoniales para los que tengan un patrimonio inferior a 200.000 euros y un 6o% para las familias numerosas con un patrimonio inferior a medio millón de euros.
La oposición ha venido reclamando con insistencia que se grave más a las rentas más altas. Muñoz rechazó ese tipo de cargas con el viejo axioma liberal de que la reducción de impuestos estimula la actividad y finalmente permite aumentar la recaudación. Tal principio apenas tiene constatación empírica, salvo en momentos de muy fuerte expansión económica. Y, en cualquier caso, los propios presupuestos prevén una caída en los ingresos por impuestos directos de 38,9 millones.
La conselleira alegó también que la Xunta no quiere “retirar dinero de la economía”. Cuando se le hizo ver que rebajar los sueldos de los funcionarios también es retirar dinero de la economía, Muñoz dudó. Y a continuación echó mano de la socorrida lucha contra el déficit y de la necesidad de buscar recursos para dotar al fondo por el crecimiento.
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