La inversión en obra pública se hunde al nivel más bajo de la última década

La licitación sigue en mínimos históricos, con 1.300 millones hasta octubre La curva no hace sino descender. El sector de la construcción sigue sufriendo en Euskadi las consecuencias de un estancamiento total de la actividad económica y del escaso estímulo por las Administraciones públicas para darle la vuelta a la situación. Las últimas estadísticas de licitación pública, referidas a los 10 primeros meses de este año, advierten de un descenso de las obras que salieron a concurso en Euskadi.

El ladrillo vive sus peores momentos y se mantiene en mínimos históricos. Los datos facilitados por Seopan, la patronal de las grandes constructoras, indican que hasta octubre pasado se licitaron en el País Vasco obras públicas por un valor total de 1.319 millones de euros, una cifra similar al mismo periodo del año pasado. La situación resulta mucho más preocupante en el conjunto de España, donde se registró una caída media del 50% en la contratación pública.

El preocupante parón de la actividad constructiva se explica en gran medida por las restricciones presupuestarias de Ayuntamientos, Diputaciones y de los Gobiernos central y vasco. El control del déficit y la decisión de dar prioridad a otras políticas han frenado en seco tanto la ejecución de edificaciones (vivienda) como la obra civil (infraestructuras).

De los 1.319 millones que han salido a concurso en Euskadi hasta octubre, 567 millones corresponden a Bizkaia, 331,4 millones, a Gipuzkoa, y los 244,2 millones restantes, a Álava. La caída resulta especialmente alarmante en territorio guipuzcoano, donde se registra un retroceso del 49%, mientras que Bizkaia se mantiene en los mismos niveles de licitación y Álava aumenta en un 94%.

La aportación de la construcción al PIB ha cedido seis puntos desde 2005

Las cifras son las más bajas de la última década. Hay que remontarse a 2003 para encontrar niveles tan bajos de licitación pública. Desde entonces, las Administraciones siempre han estado por encima de los 1.400 millones en los 10 primeros meses del año y han llegado incluso hasta los 2.300 millones, como sucedió en 2009.

El hundimiento de la actividad inmobiliaria y los fuertes recortes que se están aplicando en los presupuestos para obras públicas han abocado al sector de la construcción a una situación muy delicada.

Eraikune, el clúster vasco de la construcción, lleva contabilizados 18 trimestres consecutivos de caída, lo que está repercutiendo en una aportación inferior al PIB. “En 2005 estábamos en el 13% del PIB vasco y ahora hemos bajado hasta el 7%”, precisa su director general, Juan José López del Corral.

La Dirección de Economía y Planificación del Ejecutivo considera “muy preocupante” la evolución de la construcción, que acumula ya un descenso del 12,1% en lo que va de año, lo que se ha traducido en una disminución de 9.400 empleos en el sector. Con todo, Eraikune pone el acento en que todavía hay 67.300 ocupados (el 7%) en la construcción y en que Euskadi cuenta con 30.000 empresas relacionadas de forma directa con este sector.

Las empresas empiezan a pujar por contratos en el País Vasco francés

El clúster de la construcción lanza un mensaje muy claro a sus empresas asociadas: “La internacionalización ya no es una vía estratégica, sino una necesidad” para el sector. Considera que a medio y largo plazo se abre una línea de negocio que las compañías deben explorar con decisión y valentía: las licitaciones internacionales que sean promovidas por organismos oficiales. Para afrontar este reto, Eraikune aconseja la agrupación de empresas para competir en otros países.

La salida de las constructoras al exterior ya está ocurriendo y se está dejando notar en particular en el País Vasco francés, donde están acudiendo empresas de la comunidad autónoma en busca de contratos para paliar la escasez de licitaciones a este lado de la frontera.

Se están convirtiendo así en una competencia muy dura para las firmas locales francesas, que ya han expresado públicamente su malestar por la política que están siguiendo de bajada “temeraria” de precios para adjudicarse los contratos que salen a concurso en la parte vascofrancesa.