Torramadé vuelve a la Diputación de Girona una semana después de cesar
El ente abre una investigación interna sobre el caso de presunto acoso sexual
El escándalo que afecta al presidente de la Diputación de Girona, Jaume Torramadé, alcanzó este martes nuevas dimensiones, más allá de la denuncia por acoso sexual que le mantiene contra las cuerdas. En un paso sorprendente y solo una semana después de apartarse temporalmente del puesto, el también alcalde de Salt anunció que se restituye a sí mismo en el cargo. Lo hizo solo cinco minutos antes de que empezase el pleno en el que el todos los grupos aprobaron abrir una investigación interna sobre el caso y sin haber avisado previamente ni a sus compañeros de Convergència i Unió (CiU) ni a los portavoces del resto de partidos.
“No nos esperábamos esto”, reconoció el portavoz de CiU en el organismo y presidente de Convergència Democràtica en Girona, Pere Vila, cabizbajo y con una incomodidad visible. La situación rozó lo absurdo: con el pleno a punto de empezar, la silla del presidente seguía vacía, a la espera de que se definiese su ocupante. Torramadé, que estaba oficialmente apartado del cargo desde el pasado lunes, volvió al edificio decidido a presidir el pleno, el primero que se celebraba sin él. Minutos antes de empezar, informó a los portavoces y a los diputados de su partido de la decisión. La estupefacción inicial no impidió que los diputados de CiU le avisaran de que lo que pretendía hacer “no era lo correcto”, según Vila.
Al final fue Miquel Noguer, alcalde de Banyoles y presidente accidental desde el cese temporal de Torramadé, quien ocupó la silla. Pero Torramadé volverá a su puesto hoy, según anunció a los diputados , antes de que los implicados en el caso —él mismo; la denunciante, Minerva Amador; y el jefe de Protocolo de la Diputación, Josep Maria Amargant, que destapó detalles del escándalo en la prensa y que también presenció la escena— hayan declarado ante ningún juez. La decisión precipitada de volver por parte del alcalde de Salt, acusado de haber realizado repetidos tocamientos a Amador durante y después de una cena de inicio de campaña el pasado 8 de noviembre, reaviva el caso y le vuelve a colocar en el disparadero.
“Tendrá que explicar qué ha cambiado en estos días y justificarse”, dijo Vila, elegido diputado en el Parlament y máximo cargo de Convergència en la provincia. Reinstalado en el cargo, Torramadé deberá enfrentarse además a una comisión de investigación interna, que el pleno aprobó con el voto favorable de todos los partidos. La comisión deberá investigar, entre otras cosas, si son ciertas las afirmaciones de que los enviados del alcalde negociaron el silencio de Amador con dinero público de la Diputación. Según contó el propio Amargant, él y otro cargo de UDC negociaron con representantes de la mujer pagarle un dinero como “finiquito”, ya que a ella le quedaban dos años de contrato cuando renunció “por motivos laborales graves”, el día después de la cena.
Torramadé ya había dejado claro que rechaza cualquier responsabilidad en la amarga situación, que achaca a la “presión mediática” y a un supuesto plan para apartarle del poder. Ha repetido varias veces que es “inocente” desde que se conoció el escándalo, el pasado 20 de noviembre. Se apartó del cargo solo a regañadientes y tras aclarar que no pensaba dejar de ser alcalde de Salt.
Este diario intentó conocer las razones por las que el presidente de la Diputación considera que debe volver a ejercer el cargo, pero Torramadé no contestó al teléfono. Tras el pleno, los diputados de CiU se volvieron a reunir para analizar el nuevo escenario creado tras el anuncio por sorpresa del retorno de Torramadé una semana después.
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