Josu Erkoreka
El portavoz del PNV en el Congreso en las tres ultimas legislaturas se convierte en el hombre fuerte del equipo de Urkullu
En Madrid, los periodistas que transitan por los pasillos y despachos del Congreso, incluso aquellos de colmillo afilado, solo hablan bien de Josu Erkoreka (Bermeo, 1960). Dicen que, en realidad, se lo ha ganado a pulso, por sus propios méritos. Como prueba, los premios de la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) ya desde 2002 como diputado revelación, de mejor orador en 2008 y de azote al Gobierno en 2009.
Este licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, doctor en Derecho por la UPV, pero con el bagaje expresivo de cursos como profesor de Derecho Administrativo, sabe decir lo que quiere y disimula especialmente bien lo que calla. Erkoreka, dotado de una oratoria fácil, bilingüe por supuesto, siempre ha sido muy consciente de la importancia de los medios y de sus códigos internos. Y le ha dado un excelente resultado. A tal punto, que Iñigo Urkullu no ha dudado en proyectar la gestión de su Gobierno con el verbo intencionado de este diputado de largo recorrido, que tiene la plena confianza del lehendakari, y a quien bastó una llamada para que Erkoreka aceptara acabar rápidamente con su estancia de doce años en Madrid.
El nuevo portavoz del Gobierno vasco siempre ha estado donde le necesitaba el partido sin pedirlo. Y eso nunca se olvida. Además, cuando podía haber abierto pequeñas heridas en el seno del PNV, eligió la vía del silencio. Eran aquellos momentos donde su nombre era moneda común como alternativa sólida para convertirse en candidato a lehendakari. Erkoreka se refugió en Madrid sin valorar siquiera las opciones de Urkullu, entonces remotas para muchos por su condición de presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB). Quizá es ahora cuando resulta mucho más significativo aquel reconocimiento que el presidente del EBB tributó a Erkoreka en el último Alderdi Eguna del PNV por su actuación en la incorporación a Euskadi de 18 transferencias pendientes.
Erkoreka, además, ha sido también un cualificado ariete contra el Gobierno vasco socialista. Será difícil olvidar su ácido pronóstico de febrero de 2009 cuando auguró sin ruborizarse: “Que Patxi López llegue a ser lehendakari sería tan difícil como ver a un cerdo volando”. Pero aún estaba por llegar su juega maestra en las transferencias de las políticas activas de empleo, el sueño del Ejecutivo del PSE-EE. Su acuerdo por teléfono con Zapatero supuso el sopapo político más fuerte para el entonces lehendakari en el arranque de su mandato.
Casado y padre de dos hijos, de carácter afable, partícipe entretenido en fiestas populares, dispone de un blog al que aporta entradas frecuentes —su última referencia es una crítica al ministro Wert por su nuevo proyecto educativo— y es usuario de Twitter. Seguidor del Athletic y amigo del footing, asiduo a las funciones de la ABAO, nunca olvida la prestancia del atuendo y la atención dispuesta. Ahora empieza a jugar en otro campo, pero le vale la misma estrategia.
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