“La mejor novela del mundo es aquella que te cambia la vida”

La escritora valenciana Isabel-Clara Simó (Alcoi, 1943) apostó este jueves por el eclecticismo y la selección individual de la literatura. En la charla titulada "El gusto por leer y el placer de escribir" que impartió en el edificio de La Nau en Valencia, la dramaturga insistió en labrarse "un perfil lector propio" y en desechar aquello que se nos atraganta. "Se pueden leer muy pocos libros en la vida. No merece la pena empecinarse por uno", soltó. Desde este ecléctico postulado, Simó despreció cualquier canon y alegó que "la mejor novela es aquella que te cambia la vida".

Esta afirmación no excluye la diferencia entre buena y mala literatura. La "buena", según la escritora, es aquella que "te emociona, que te hace reír, llorar o sentirte inquieto". Y para eso tiene que "mostrar y no contar", es decir, proporcionar los medios necesarios para provocar una sensación sin remarcarla. Estas explicaciones, plagadas por nombres propios de obras y autores, conectan directamente con la finalidad de este arte: "La literatura no sirve para nada", se atrevió a decir, "porque es una manifestación artística, un utensilio".

"La literatura no sirve para nada", apunto la autora de 'La salvatge'

Partiendo de esta base, y fijando como consistencia su postura -"yo soy independentista y feminista, pero nunca utilizo la literatura para hacer propaganda de ninguna de las dos"-, esta escritora "universal, de Alcoi a todos los lugares del mundo", tal como la introdujo la profesora Noelia Ibarra, apuntó que "lo que tiene de práctico" es que provoca una "respuesta racional". Y eso configura "una consciencia crítica": "Para abrir puertas y ventanas del pensamiento ya están las tertulias", bromeó, "pero es una sinfonía que facilita la reflexión cultural".

Arropada también por Josep Ballester, catedrático de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la UV, y el vicerrector Antonio Ariño, La autora de La salvatge defendió la incursión de las nuevas tecnologías y el papel de entretenimiento de la literatura. "Yo he leído El Código Da Vinci y me ha encantado, pero no provoca ninguna reflexión", confesó.

Por último, esta "profeta en su propia tierra" y perteneciente a la "dinastía" que "fundó" Joan Fuster dio varias pistas para llegar a ser un escritor "no bueno, pero eficiente". "Lleva siempre una libreta y anota todo lo que veas", recitó. "Espía, plagia, imita a tus autores preferidos", espetó, "y escribe cada día, aunque tengas gripe". "El hecho de ser humanos nos hace tener creatividad", animó, "pero no hay que confundir los deseos con los placeres artísticos".