Misión cumplida
Cecilia Bartoli demostró en un Auditori abarrotado que tras el montaje de 'Mission' hay una artista de primerísimo nivel y excepcional calidad
Cantante hija de cantantes —como Plácido Domingo— Cecilia Bartoli sabe, por sus orígenes, que el escenario a veces es agradecido pero siempre es duro y exigente, sabe que el público es un amante apasionado y generoso pero también infiel, caprichoso y olvidadizo. Sabe, asimismo, que desde el escenario se puede mentir y dar gato por liebre, pero no por mucho tiempo y menos en música clásica.
Con todo este saber acumulado, una voz excepcional, una gran ambición y miles de horas de trabajo, Bartoli es hoy una de las grandes estrategas del escenario: sabe perfectamente lo que conviene lanzar al mercado en cada momento, el ritmo con el que hay que presentar las novedades, donde y como hay que hacerlo y como crear y alimentar las expectativas.
Cecilia Bartoli
CECILIA BARTOLI mezzosoprano
Kammerorchesterbasel.
Julia Schröder, concertino y dirección
Obras de Agostino Steffani
Auditori. Barcelona, 10 de diciembre
Cecilia Bartoli vino al Auditori a presentar Mission, su nuevo disco, dedicado a arias de Agostino Steffani (1654 - 1728) un peculiar personaje que en una sola vida consiguió ser cantante, compositor, obispo y turbio conspirador político; un apreciable autor menor, casi olvidado, que Bartoli ha puesto de moda y que probablemente regresará a las enciclopedias en cuanto la diva se dedique a otro asunto.
Missión, sin embargo, es mucho más que el nuevo trabajo de Bartoli, es también un complejo y completo “paquete” multimedia integrado además de por el disco, por el correspondiente DVD filmado en Versalles, por una novela creada a propósito por la popular autora de novelas de intriga Donna Leon que recrea las andanzas del personaje y hasta por una APP de un juego interactivo para teléfonos y tabletas basado en el asunto. De Mission, como del cerdo, se aprovecha todo.
Apoyada muy eficazmente por la Kammerorchesterbasel que le ofreció un acompañamiento de calidad y totalmente cómplice, Bartoli demostró en un Auditori abarrotado y totalmente librado desde el principio y sin el menor recato a la adoración de la diva que tras todo el montaje de Mission hay una artista de primerísimo nivel y excepcional calidad que sigue controlando su voz de un modo espectacular, que sabe esquivar los puntos débiles de su instrumento, especialmente la limitada potencia y poner de relieve los fuertes como la pasmosa agilidad y el hermoso color vocal y que sabe estar en el escenario controlándolo todo pero sin que se note y siempre con una sonrisa.
Bartoli, cantante hija de cantantes, sabe como se seduce desde el escenario, vino a Barcelona a vender Mission y se fue con la misión cumplida pues es casi seguro que su disco será uno de los superventas de clásica estas navidades. Hoy repite jugada en Madrid.
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