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Un club de brazos abiertos

El Eibar compensa su modestia con una atinada política de acogida de futbolistas foráneos

Mikel Ormazabal
Fernando Llorente disputa un balón a Arregi, durante el partido de ida jugado de Ipurua.
Fernando Llorente disputa un balón a Arregi, durante el partido de ida jugado de Ipurua.jesús uriarte

Si al entrenador de la Sociedad Deportiva Eibar, Gaizka Garitano, le dejasen confeccionar hoy una alineación con futbolistas, históricos y en activo, que en su día vistieron la camiseta azulgrana, lo tendría muy fácil. Le saldría un once de campanillas para medirse esta noche (20.00, en San Mamés) al Athletic en la Copa del Rey. Podría elegir entre Garmendia, Almunia o Iraizoz para tapar la portería, plantar una defensa con el difunto Alberto Ormaetxea, Olaizola (ex del Mallorca), Miguel Fuentes y Agustín Guisasola, situar en el centro del campo a Xabi Alonso, Barkero y Silva, y atacar con Pizo Gómez, Joseba Llorente y José Eulogio Gárate.

Esta pléyade de consagrados futbolistas, una selección hecha a bote pronto, recaló en diferentes épocas en el club guipuzcoano gracias a la política de brazos abiertos que sus dirigentes han venido practicando con tanto acierto. El Eibar ha hecho de su plan de acogida de futbolistas un baluarte y un sello de identidad. Se ha convertido en una cantera para muchos equipos de Primera, un vivero donde los jugadores han logrado afinar su formación para coronarse después defendiendo otros escudos.

 El Eibar tiene esta noche una gran ocasión para reverdecer momentos gloriosos de su historia. Este club fundado en 1940, ahora segundo clasificado en la Segunda División B, le disputa el pase a los octavos de final a una institución hermana —ha guardado casi siempre buenas relaciones tanto con el Athletic como con la Real—. A muchos aficionados les vendrá el recuerdo de los choques coperos vividos en 1979-80 y 1984-85 contra los leones, resueltos ambos a favor de los rojiblancos. El primero, contra los Irureta, Villar, Dani y Sarabia; el segundo, frente al Athletic de Clemente que venía de ganar la Liga. Vuelve a la memoria también la excelente actuación de los eibarreses —con Garitano como capitán— en este mismo torneo en 2004 contra el Madrid de los Casillas, Zidane, Figo y Ronaldo.

El Eibar volverá a oponer sobre el césped de San Mamés el mismo espíritu de sacrificio que le ha distinguido durante toda su historia. Un equipo modesto, tanto como humilde y aguerrido, como han coincidido en afirmar muchos técnicos y futbolistas que pasaron por Ipurua. El esfuerzo y el ahínco han estado siempre cosidos a los colores de su camiseta, que inicialmente era de color blanco, aunque se transformó en azulgrana cuando en la campaña 1943-44 la Federación guipuzcoana de Fútbol le cedió un equipaje nuevo en plena depresión económica. Ese carácter recio, la garra y la raza, se fue forjando con el paso de los años, porque necesitó 14 promociones para subir Segunda B, o porque logró ser el decano de esta categoría tras permanecer 18 temporadas ininterrumpidamente sin bajar hasta 2006.

El Eibar cuenta con unos 3.000 socios y maneja un presupuesto de 1,3 millones para esta temporada

El sello del Eibar, empujado por una afición incondicional, la Bombonera, debe también su razón de ser al trabajo basado en la disciplina que desde los banquillos realizaron Alfonso Barasoain y Blas Ziarreta, una escuela que después siguieron, con otras directrices, los Amorrortu, Perico Alonso y Mendilibar. Con estos dos entrenadores, el Eibar rozó incluso el ascenso a Primera en 1997 y en 2005, respectivamente.

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Muy consciente de sus limitaciones —tiene unos 3.000 socios y un presupuesto para este ejercicio de 1,3 millones—, el Eibar ha sabido conjugar a la perfección los productos formados en casa con la estancia pasajera de futbolistas promesa de otros clubes. Así ha sido posible que un portero como Garmendia, que después de entranar despachaba por la tarde en una carnicería, se hiciera en dos ocasiones con el Trofeo Zamora. Y que, sin ir más lejos, su actual entrenador, criado en Lezama, lograra como jugador del Eibar las credenciales para fichar por la Real Sociedad.

Garitano no alineará esta noche a ningún histórico del club, pero está decidido a agrandar la historia del club armero con un plantel de futbolistas que le garantizarán bravura y sacrificio. El técnico eibarrés ha querido inflar el orgullo de los suyos haciéndoles entrenar el lanzamiento de penaltis, convencido de que tiene posibilidades, aunque pocas, dice él, de lograr el paso con el 0-0 logrado en el encuentro de ida. “No sé cuántas opciones tenemos, pero esas poquitas que tengamos las vamos a intentar exprimir”, declaró ayer tras el último entrenamiento previo al choque.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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