La Junta pide que la Armada evite ejercicios de fuego real en la costa
El Gobierno andaluz atiende a una reclamación del Ayuntamiento de Barbate que busca reducir el impacto de las maniobras militares en su municipio
La Consejería de Medio Ambiente está dispuesta a trasladar al Ministerio de Defensa la necesidad de limitar las actividades de tiro con munición real cerca de la costa. Atiende así a la reclamación hecha por el Ayuntamiento de Barbate, que lleva años, con distintos colores políticos, pidiendo que se acoten estos ejercicios militares para no perjudicar el desarrollo económico del municipio. La Junta de Andalucía comparte esta filosofía y confía en que la Armada oiga esta llamada. El decreto sobre protección del corredor litoral, que ha promovido el Gobierno andaluz para respetar la costa frente al afán urbanístico, no ha incluido menciones a este tipo de actuaciones en el tramo que reclama Barbate, el de 500 metros desde la línea del mar.
La petición hecha esta semana por el alcalde de la localidad gaditana, Rafael Quirós, está generada en la decepción que le ha supuesto el hecho de que la Junta sí haya aprobado un decreto para evitar las construcciones que dañen la costa pero no haya incluido ningún freno a otras actividades que pueden ser igualmente lesivas para el medioambiente. “Estoy totalmente de acuerdo con que se limiten las construcciones de casas y hoteles. Pero nos hubiese gustado que se hubiese puesto alguna restricción a pruebas de tiro con fuego real que se están haciendo a menos de 500 metros de la costa”, afirmó el alcalde. Entre esos ejercicios, cita los desembarcos, el disparo de obuses, el aterrizaje de helicópteros o las explosiones que periódicamente vive el acuartelamiento de la sierra del Retín, uno de los más prestigiosos de Europa para el entrenamiento de combate.
La Junta “comparte la filosofía” del alcalde. Así lo ha transmitido el delegado en Cádiz de la Consejería de Medio Ambiente, Federico Fernández, quien anunció la pasada semana que su departamento se dirigirá a Defensa para trasladarle esa petición, como un complemento a las directrices que se recogen en el decreto del Gobierno andaluz para proteger el litoral. “La Armada, nos consta, está haciendo un esfuerzo de buenas prácticas”, aseguró Fernández.
Las relaciones entre la Junta de Andalucía y la Armada son correctas. En la provincia de Cádiz, este contacto ha permitido firmar acuerdos entre ambas Administraciones para la conservación de especies que necesitan de estos suelos militares. Es el caso, por ejemplo, del águila imperial, en el centro caballar de Jerez, o el camaleón, en la base de Rota. En el interior del acuartelamiento del Retín, la Consejería de Medio Ambiente y el Ministerio de Defensa han desarrollado un plan para la conservación del ibis eremita, un ave en peligro de extinción, que ha podido criarse en cautividad en suelos militares.
Pero, a pesar de ello, también ha habido tensiones. La mayor parte de ellas relacionadas con los incendios que estas maniobras propician en pleno parque natural de La Breña. El último accidente en mayo de este año, quemó 70 hectáreas. Defensa ha desarrollado desde 1999 un plan para prevenir incendios en nueve instalaciones militares de Andalucía, que sí contempla prohibir las prácticas de tiro con munición real en verano o cuando el viento facilite la propagación de llamas. A pesar de esa directiva, desde entonces se han registrado una docena de incendios.
La petición expresa del alcalde se centra en el desarrollo de su pueblo. “Donde no se puede poner un chiringuito, no se deberían disparar obuses”, resume. Una filosofía que la Junta comparte.
La desafectación que no llega
Barbate siempre se ha quejado de los militares. Al contrario de lo que ocurre en otros municipios cercanos, como Rota o San Fernando, aquí la presencia de ejércitos del mundo no han dejado beneficios en la zona. Todo lo contrario. Muchas molestias. Protestan los turistas que han tenido que abandonar una playa porque iban a empezar unas maniobras. Protestan los pescadores porque los disparos asustaban a las especies que trataban de capturar. Y protesta el alcalde porque no obtiene compensación alguna de que la mitad de su pueblo está afectada por terrenos de Defensa.
“Siempre se acusa a los alcaldes de ser nefastos para el litoral pero hay otras administraciones que agreden el litoral y nadie les limita”, lamenta Rafael Quirós, del PSOE. No le han hecho caso cuando gobernaban los socialistas ni ahora que está el PP. Tampoco a sus antecesores. Solo ha recibido ciertas migajas y, además, cargadas de dificultades.
Fue el caso de la cesión de 20 hectáreas, de un total de 5.000, del acuartelamiento del Retín, para abrir una piscifactoría capaz de generar entre 70 y 80 puestos de trabajo. El acuerdo está firmado desde 2010 pero aún no se ha podido abrir, según el alcalde, por las trabas de la Armada. El Ayuntamiento está dispuesto a cambiar las condiciones del acuerdo y hacer que los propietarios directamente alquilen esos suelos a Defensa.
Esas 20 hectáreas todavía no utilizadas por los reparos militares ha sido una de las escasas compensaciones hechas a Barbate. Los municipios con terrenos afectados por Defensa tuvieron durante tres años ayudas del Gobierno central pero ya se han acabado. Barbate no pudo recibirlas al final porque sus deudas con la Seguridad Social le impedían acogerse a estas compensaciones estatales.
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