Pere Navarro planta a Mas en la primera reunión tras las elecciones
CiU anunció el encuentro y el líder del PSC alegó “problemas de agenda”
El primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha empezado hoy a marcar terreno con Artur Mas y le plantó en la primera reunión que habían de mantener tras las elecciones del domingo. Oficialmente fueron “problemas de agenda”, de Navarro, pero lo cierto es que los socialistas querían visualizar su malestar con el entorno de Mas.
El encuentro se pactó el pasado miércoles y fue el presidente de la Generalitat quien reclamó discreción a Navarro para que no trascendiera. El líder del PSC se comprometió a ello, pero en la mañana de este jueves un dirigente de Convergència anunció que el encuentro tendría lugar por la tarde de ayer.
Navarro fue preguntado por ello por la cadena SER en una rueda de prensa y confirmó la reunión, pero también supo que se había roto la discreción reclamada. Media hora después, le surgieron los “problemas de agenda”.
La actuación del entorno de Mas con Navarro contrasta con el trato dispensado el miércoles a Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana (ERC), que almorzó en el Palau de la Generalitat para sondear la disponibilidad de los independentistas a apoyar la investidura. Pasadas unas horas del encuentro, los republicanos lo anunciaron y dijeron que apoyarían a Mas en el Parlamento, pero que no gobernarían con él.
Más allá del plante, los socialistas no están por hacer de muleta de CiU en la próxima legislatura. Navarro insistió ayer en que ve “muy difícil” el apoyo del PSC a la investidura de Mas, así como a apoyar los Presupuestos de la Generalitat para 2013. “Nuestras propuestas están muy alejadas de las suyas”, dijo.
Para Navarro, la consulta soberanista es una cuestión secundaria y la prioridad del nuevo Gobierno debería ser “abordar la salida de la crisis”. El PSC propone, de manera inmediata, la supresión del euro por receta, así como la reimplantación de las becas de comedor y otras medidas que afectan a los colectivos más desfavorecidos. En materia fiscal, la reimplantación del impuesto de sucesiones que eliminó Mas, el aumento hasta el 60% del IRPF cuando se supere el millón de euros anual y un impuesto para las grandes fortunas.
CiU, por el contrario, ha anunciado un recorte de más de 4.000 millones para el año que viene para lograr el objetivo de déficit, lo que hace presagiar el desencuentro con el PSC. “Las propuestas de CiU se parecen más a las del PP que a las de otro partido”, dijo el líder socialista, quien insistió también en que “si yo estuviera en la situación de Mas, dimitiría” por la situación de inestabilidad política que se ha creado con una convocatoria electoral que los socialistas no se cansan de repetir que era innecesaria.
Navarro se estrenó como líder del PSC en diciembre del año pasado tendiendo la mano a Mas y nunca ha encontrado respuesta, según recordó él mismo ayer. Socialistas y nacionalistas llegaron a formar incluso una comisión paritaria para negociar acuerdos en los grandes temas y visualizar la tan reclamada sociovergencia por algunos sectores sociales y económicos, pero también quedó en nada.
El giro secesionista de CiU y, sobre todo, la política de recortes, han hecho reconsiderar la estrategia al PSC, que parece destinado a hacer de oposición sin reparos. Navarro dijo ayer que en los 11 meses que lleva como líder del socialismo catalán ha propuesto tres acuerdos a CiU y siempre le dieron calabazas. El primero fue con motivo de la cumbre económica convocada por Mas, después vino el pacto fiscal y finalmente un plan de empleo juvenil.
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