El titular Llorente asegura el morbo
Marcelo Bielsa confía en el delantero internacional de salida ante el Deportivo
La sonora titularidad de Fernando Llorente ha adquirido tamaña expectación durante esta semana en Bilbao que no resultaría extraño que más de uno pasara por alto que es el Deportivo quien juega hoy como visitante en San Mamés, además en horario ya casi desconocido (17 horas). Ocurre que esa pasión capacitada para enardecer demasiadas veces cada minuto de un partido de fútbol lleva demasiado tiempo alterando el ánimo de quien no juega en el Athletic. Por eso, es noticia que Llorente salga como titular, precisamente en un partido de alto riesgo deportivo para su todavía equipo: un tropiezo caldearía demasiado los ánimos de la grada en una semana que ha conocido la primera desazón que supone despedirse de Europa donde tanto se disfrutó hace un año. Y, además, se le exigirá que marque.
Será un partido entre dos equipos necesitados de un triunfo
En realidad, el partido contra el Deportivo se ha empezado a jugar demasiado pronto. Posiblemente desde que se supo que Aritz Aduriz debía cumplir un partido de sanción y que no había otro recambio sin recurrir a estridencias estrambóticas que Llorente. Y esta obligada alternativa en los planes de Marcelo Bilesa se conoció en el peor escenario y de la forma menos agradable: en el Santiago Bernabéu, precisamente donde Llorente agradeció los aplausos que le dedicaron en una banda seguidores menos energúmenos que quienes mancillaban el apellido de Susaeta y de Gurpegi.
Desde entonces, se multiplican las voces de peñistas y aficionados que censuran ácidamente el comportamiento complaciente de Llorente con quienes le ensalzaron en la temporada más nefasta para su evolución como jugador de referencia. Por eso, el morbo, que está asegurado, se extiende por los alrededores de San Mamés. Ahora solo queda saber cómo se librará la batalla entre los dos y tres bandos instalados en las gradas desde que el pulso entre el delantero riojano y la directiva de Josu Urrutia va cobrando tan peligrosa intensidad. Sin duda, es tarde para reclamar cordura y menos en tratados de pasión como el fútbol donde los tonos grises jamás existieron. Por eso, es comprensible que el propio Bielsa eludiera cualquier referencia al devenir de los acontecimientos en torno a Llorente. “Sobre ese tema no quisiera imaginar ni predeterminar conductas ajenas a nuestras posibilidades”, dijo el entrenador al término del entrenamiento de ayer, en Lezama, según recoge Efe.
La tarde, desde luego, se antoja especial. Principalmente por la imagen nostálgica que supondrá escuchar cómo la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS) interpreta el himno del Athletic, desde el centro de San Mamés, para conmemorar el 90 aniversario de su existencia con el concierto improvisado que le proporcionará la mayor asistencia jamás conocida.
Luego será el momento de los pitos y de la exigencia de respeto, en una pelea ya conocida hasta ahora aunque con menos decibelios. Y, más tarde, viene el partido ante un Deportivo sin Aranzubia pero urgido por la necesidad de puntos. Al menos, Iraola se ha recuperado y será el capitán. Ausente Gurpegi, Iraola dudoso durante la semana, había cobrado fuerza la posibilidad de que como última dosis de morbo vendría la fotografía de Llorente con el brazalete en su estreno de titular liguero.
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