Los astilleros toman aire tras aprobar Bruselas nuevas bonificaciones fiscales
El sector naval celebra poder competir por pedidos “en igualdad de condiciones”
La buena nueva no es completa pero el sector naval tiene por fin algo que celebrar. La Comisión Europea ha avalado el nuevo sistema de bonificaciones fiscales (tax lease) para que los astilleros españoles —la supervivencia de varios gallegos pendía de esta decisión— puedan presentar ofertas competitivas en los mercados internacionales para botar de nuevo grandes buques. Finalmente el gobierno comunitario ha aceptado la propuesta remitida por el presidente español, Mariano Rajoy, y el problema —que traía de cabeza a armadores, astilleros y bancos— está en vías de solución. Bruselas ha dado luz verde a esta nueva herramienta para abaratar la financiación de los barcos pero la alegría no es completa porque mantiene abierto el expediente iniciado contra el anterior sistema de tax lease. Y por eso la amenaza de que el sector aún tenga que devolver parte de los beneficios fiscales (más de 1.000 millones de euros) de los últimos años sigue latente, si bien las fuentes consultadas por este diario prefieren pensar que la negociación con Europa está encarrilada y descartar nuevos sustos en forma de multas millonarias.
La fórmula que ahora avala Bruselas exigirá legislar para introducir modificaciones en el impuesto de sociedades para la agrupación de intereses comerciales (la asociación de grandes empresas que se presten a financiar la construcción de los barcos a cambio de beneficios fiscales mediante acuerdos con los propios astilleros que reciben el encargo de un armador para hacer buques con presupuestos millonarios). Fuentes conocedoras de la negociación aseguran que la solución técnica presentada por el Gobierno español pasa por extender esta fórmula para captar financiación a otros sectores, de modo que la Comisión no pueda interpretar que se trata de un sistema ad hoc pensando para los astilleros españoles.
El procedimiento exigirá, una vez que que la institución comunitaria haya aprobado el reglamento, que el Ministerio de Economía decida el esfuerzo fiscal máximo que está dispuesto a hacer. Se trata, en definitiva, de una decisión política que compete al Ejecutivo de Mariano Rajoy, ya despejada la inseguridad jurídica tras la bendición de Bruselas. El sector aguarda que las bonificaciones alcancen el 20% y que los astilleros gallegos puedan volver a competir con sus rivales franceses y noruegos por los grandes pedidos tras más de año y medio sin encargos y con las gradas desiertas.
Dos años negros
Las alarmas saltaron en enero de 2011, cuando la crisis del sector naval afloró con la suspensión de pagos de Vulcano, que acumulaba una deuda de 84 millones de euros. Medio año después, Barreras, el gran símbolo del bum que había vivido la construcción de buques en los años anteriores, seguía el mismo camino y declaraba un concurso de acreedores al sumar impagos por 50 millones de euros. En ambos casos, los perjudicados eran en su inmensa mayoría los pequeños talleres que subcontrataban con ambas factorías.
Para añadir dramatismo a la situación, a mediados de ese mismo año, Bruselas cancelaba el llamado tax lease y abocaba a los astilleros a quedarse prácticamente sin contratos. En 2007, en plena euforia, las factorías de construcción de buques de la ría de Vigo llegaron a firmar 27 contratos en un solo año. En 2012, el peor ejercicio que se recuerda, solo Armón logró dos encargos y otro Rodman, los dos únicos astilleros, junto a Cardama, que han logrado mantener su actividad en estos meses. Por el medio queda una larga cola de parados, hasta 8.000, que perdieron sus empleos en el último lustro.
La noticia fue saludada por todos los actores de este rompecabezas. El presidente de la Asociación Clúster del Naval de Galicia, Fernando Alcalde, se mostró “muy satisfecho” porque, según dijo, ahora las empresas gallegas podrán concurrir “en las mismas condiciones” que sus rivales europeas que han acaparado los pedidos en los últimos meses, especialmente de Francia, Holanda y Noruega. También las federaciones del metal de CC OO y UGT en Vigo han mostrado su satisfacción, aunque moderada, ante el anuncio. Desde esta última central, su portavoz, Diego Atanes, sostiene que solo se soluciona una de las tres patas del conflicto y que la felicidad no será completa hasta que no se archive el expediente sobre las ayudas anteriores y sobre todo mientras no se determine hasta dónde llegarán las nuevas bonificaciones. informa Europa Press.
La Xunta prefirió hacer una lectura política y destacó “el intenso trabajo realizado durante meses” que propició la elaboración de “hasta cinco borradores distintos” con otras tantas soluciones técnicas. De paso, el Gobierno gallego aprovechó para criticar la “falta de interés del Gobierno socialista” que presidía José Luis Rodríguez Zapatero y “el bloqueo del tema en la Comisión Europea de la Competencia” del también socialista Joaquín Almunia. El presidente Feijóo se reunió ayer con el ministro de Industria para abordar el nuevo sistema.
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