El Bloque prepara su salida del Gobierno municipal de Lugo
El PSdeG aguarda a conocer si la juez impone medidas cautelares a Orozco tras su declaración
La Operación Pokémon contra la corrupción va camino de llevarse por delante a otro gobierno municipal de una ciudad gallega. Tras la crisis desatada en Ourense hace dos meses, que terminó con la dimisión del alcalde, el socialista Francisco Rodríguez, y el abandono del BNG del ejecutivo local, la situación se reproduce ahora en Lugo. La negativa a dimitir del alcalde, el también socialista Xosé López Orozco, que el próximo jueves declarará como imputado por los presuntos delitos de cohecho y tráfico de influencias, aboca a la ruptura del pacto de gobierno con los nacionalistas. La última palabra la tiene la asamblea local del militantes del Bloque, que todavía no ha sido convocada, pero fuentes próximas a la dirección dan casi por hecho el abandono de la coalición en Lugo después de que Orozco desoyese las reiteradas peticiones de los nacionalistas para que dimita.
Nada más conocerse la imputación de Orozco, el pasado viernes, su primer teniente de alcalde y líder local del Bloque, Antón Bao, le llamó para transmitirle la petición de sus socios de gobierno para que abandonase el cargo. Orozco, como reiteró luego en diversas declaraciones públicas, se negó en redondo, lo que abrió la crisis en el ejecutivo local. Fuentes nacionalistas explicaron que esta es la posición que vienen manteniendo desde hace tiempo cada vez que surgen imputaciones judiciales de corrupción contra algún cargo público. Las mismas fuentes ponen como ejemplo la actuación hace dos meses de los concejales del Bloque en Ourense, que se enfrentaron al alcalde para exigirle que dimitiese. Además el propio BNG pactó el abandono de uno de sus concejales, Fernando Varela, detenido también por la juez de Lugo Pilar de Lara, instructora de la Operación Pokémon. Los nacionalistas declinaron después la oferta del nuevo alcalde, Agustín Fernández, de reincorporarse a sus responsabilidades de gobierno. “Por coherencia” , los nacionalistas concluyen que en Lugo han de actuar igual.
Orozco ya ha dejado claro que no piensa dimitir y para ello cuenta con el respaldo pleno de la dirección del partido. En público se lo han expresado diversos dirigentes, empezando por los secretarios provinciales de Lugo, Xosé Ramón Gómez Besteiro, y A Coruña, Francisco Caamaño. Y aunque no ha querido manifestarse públicamente, el secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, le transmitió la misma opinión durante una conversación telefónica que mantuvo con el alcalde el pasado viernes. Los socialistas, indicaron fuentes de la dirección, solo se replantearían su postura si la juez decide el próximo jueves imponer medidas cautelares a Orozco —que también es presidente de los socialistas gallegos— tras tomarle declaración.
En Ourense, el PSdeG fue el primero en meter presión al entonces alcalde para forzarle a que dimitiese, hasta el punto de que llegó a suspenderle de militancia ante su negativa inicial a acatar las directrices del partido. Los socialistas entienden que el caso de Orozco es distinto. Primero porque no fue detenido ni incomunicado, como ocurrió con Francisco Rodríguez, a quien además, alegan en la dirección del PSdeG, se impuso una fianza para eludir la prisión preventiva.
Los socialistas explican que Orozco les ha transmitido su total confianza en que no ha cometido ningún hecho delictivo y asegura que ni siquiera sabe qué tipo de actuaciones han motivado su imputación. El alcalde también argumenta que ya fue imputado en dos ocasiones en los últimos meses —una de ellas en la Operación Campeón— y en ambas las acusaciones fueron finalmentre archivadas.
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