El campamento escolar de contenedores se rebela contra el silencio

Los padres y madres del Colegio Público 103 han registrado hoy en la Consejería de Educación de la Generalitat valencia 327 recursos de alzada ante el silencio de la Administración sobre otras tantas denuncias que presentaron en mayo. "El paso siguiente es el Tribunal Superior de Justicia", avisa María Jesús Algás, vicepresidenta de la Asociación de Padres y Madres Alumnos (AMPA) del centro. "Si no nos dejan otra solución, nuestros hijos no pueden estar más tiempo en condiciones discriminatorias con el resto de los niños escolarizados".

"El óxido se va extendiendo y haciendo goteras en todo el cole, la última novedad son los libros de texto mojados", explica la vicepresidenta del AMPA del colegio, en realidad un conjunto de ocho barracones abiertos y dos cerrados que cubren las necesidades del único centro nuevo creado en Valencia en muchos años, todavía sin más nombre que un número. Tal como lo narran las familias que padecen esta provisionalidad de cinco años,  lo que acontece en esta escuela de la avenida Baleares es un rosario de despropósitos. Los niños y niñas estudian en "contenedores tuneados de obra". Están "protegidos" por una valla que tiene poco más de medio metro de altura, por debajo del metro ochenta preceptivo, "de mallazo ancho, de manera que se puede saltar sin problema y a los niños se les puede ver y tocar".

Continúa. "En realidad es como una valla para separar el ganado", se lamenta  Ulisses Calabuig, presidente del AMPA. Además, "hay dos barracones libres que están cerrados por no pagar el alquiler", añade. No están separados el alumnado de primaria y secundaria. Carecen de biblioteca, gimnasio, aula de informática y otras dotaciones pertinentes. Varios alumnos sufren picaduras de insectos "por la falta de salubridad e higiene". Han pasado a formar parte de la constelación de "estrellas" que forman parte de la cada vez más popular "ruta del despilfarro" que recorre la ciudad. Es como un campamento de contenedores donde se imparten clases.

Y, por si faltaba algo, la Consejería de Educación hace oídos sordos a denuncias y reclamaciones. Por eso este viernes, los padres y madres presentarán 300 recursos de alzada  ante la falta de respuesta a las 327  denuncias que suscribieron el pasado 17 de mayo ante la Dirección General de Ordenación y Centros docentes de la Consejería.  En aquellos escritos solicitaban que la Administración cumpliera  “con la obligación de mantener y conservar el centro en las debidas condiciones de salubridad e higiene en tanto titular del mismo; y previa la tramitación correspondiente proceda a la construcción, con carácter de urgencia, del centro definitivo en aras a abandonar la situación de provisionalidad actual del CEIP n.º 103”.

Consideran que la desestimación de sus denuncias "constituye una clara vulneración de las obligaciones de mantenimiento de condiciones de salubridad e higiene de los centros educativos", así como el incumplimiento de una serie de  disposiciones normativas, como, entre otras, el decreto por el que se aprobó en 2009 la constitución del CEIP, o el artículo 112 de la Ley Orgánica de Educación (LOE), en cuya virtud corresponde a las Administraciones educativas dotar a los centros públicos de los medios materiales y humanos necesarios para ofrecer una educación de calidad y garantizar la igualdad de oportunidades en la educación".

"Nuestros hijos estudian en condiciones de desigualdad", afirma rotunda María Jesús Algás. "Durante todos estos años hemos luchado para que tengan un colegio en condiciones como el que había en los planos que en 2009 nos enseñaron el director económico Territorial, el subdirector Territorial y la inspectora de la Zona 12, cuando nos  dijeron que el colegio estaría en 20 meses". Incansables, padres y madres han estado un curso "presentando todos los viernes las incidencias, los atascos de WC, el oxido que los contenedores tienen y que nuestros hijos están hay dentro, etcétera". 

Además, dicen, han pedido "una explicación a la señora consejera casi todos los días, el la página de Consejeria en su apartado la Consellera responde". Pero nadie responde. Así que este viernes, tras dejar a sus hijos e hijas en los "contenedores tuneados" de la calle Baleares han ido a la sede de la Consejería, para presentar un recurso de alzada contra el silencio por respuesta.