El paseo de la Dirección sigue empantanado

No hay más que darse una vuelta por el paseo de la Dirección, la sinuosa vía del distrito de Tetuán cuya remodelación estaba ya prevista en el planeamiento municipal hace casi treinta años, para comprobar que Dragados, la filial del Grupo ACS que obtuvo en 2006 la concesión municipal para su remodelación, no va a cumplir con el plazo fijado para ejecutar las expropiaciones, urbanizar el entorno y construir los algo menos de 300 pisos de realojo previstos. En abril de 2013 vence ese plazo.

¿Podría el Ayuntamiento de Madrid ejecutar los avales depositados por Dragados una vez vencido el plazo fijado en la concesión? “Sería lo lógico, pero no lo veo”, asegura categórico Luis Romero, presidente de la Asociación de Propietarios Paseo de la Dirección. Como alternativa, y ante el año y medio que llevan las obras paralizadas, intuye Romero que lo que el Ayuntamiento y la constructora están buscando es poner punto final al proceso. “Una salida de Dragados lo más digna posible”, apunta.

En esta actuación, el Ayuntamiento asume su condición de entidad expropiante y de beneficiario de la expropiación, pero es Dragados la encargada de llevar a cabo la gestión y los pagos a través de Cogesa, otra filial del grupo presidido por Florentino Pérez.

La concesionaria no cumplirá el plazo fijado para urbanizar y construir los pisos

En su momento, para aprobar el proyecto de expropiación, la constructora tuvo que depositar avales por un importe de 83,13 millones de euros, cantidad que garantizaba los 57 millones en indemnizaciones a pagar a los afectados, así como posibles incrementos derivados del jurado territorial de expropiación forzosa. Como realmente ocurrió, al elevar dicho jurado de 868 a 1.062 euros por metro cuadrado de suelo el precio a indemnizar. “Ni el Ayuntamiento ni, lógicamente, Dragados han hecho nada para pagar el sobrecoste y recurrieron”, comenta el presidente de la asociación de propietarios.

Hasta ahora, Dragados ha puesto unos sesenta millones de euros. Algo más de treinta pagados a los titulares del suelo expropiado (el 60% del total), otros diez en obras de urbanización y quince más por el único edificio construido. Un bloque de 114 viviendas que la constructora acaba de entregar al Ayuntamiento de Madrid para que proceda a alojar a los afectados que viven en las infraviviendas más deterioradas. “Esperamos que lo haga antes de que llegue el invierno”, confía Romero, aunque se teme que el desmantelamiento de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) y el traspaso de competencias al Área de Urbanismo de Madrid pueda demorar el proceso.

Dragados, constructora del Grupo ACS, ganó la concesión en 2006 por 176,5 millones de euros, un fondo para pagar las expropiaciones, urbanizar el ámbito y construir los pisos de realojo. A cambio, obtenía 76.400 metros cuadrados edificables en viviendas de precio libre o, si lo estimara oportuno, en oficinas u hoteles.

La práctica totalidad de esa edificabilidad quedaba agrupada en cuatro torres de entre 18 y 24 plantas. Dos en la confluencia del paseo de la Dirección con la calle del Marqués de Viana y otras dos junto a la calle del Capitán Blanco Argibay. Los restantes 120.880 metros cuadrados edificables quedan en manos del Ayuntamiento, el 80% para, según el proyecto, 850 pisos sociales. La reordenación incluye un total de 440 fincas y 1.161 afectados.

Hace un año se modificó el plan parcial para cambiar, manteniendo la edificabilidad, la geometría de las dos torres de uso residencial situadas al final de la calle del Marqués de Viana, además de establecer una reserva de hasta el 76% del uso residencial para vivienda protegida, de la cual un 30% se destinaría a unidades de precio básico y un 46% a precio limitado.

Mientras, con las obras paralizadas y a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid resuelva los recursos presentados por Ayuntamiento y Dragados contra el aumento del justiprecio fijado por el jurado de expropiación, la zona sigue mostrando ciertamente un aspecto desolador, con calles permanentes cortadas, zanjas abiertas y no cerradas o la acumulación de basuras y escombros en solares vacantes. “Desde hace año y medio solo hay dos operarios que, de vez en cuando, desbrozan el terreno y adecentan un poco la zona. Nada más”, comenta Francisco Barrueco, portavoz de la Asociación de Vecinos La Ventilla-Almenara.

“Dragados se ha plantado porque no le salen las cuentas. Han expropiado a precios de 2008 y quieren recuperar lo aportado con el precio actual de la vivienda libre, cada vez más bajo. Por eso vivimos en una escombrera, con las calles levantadas”, expresa Barrueco.

Desde el Ayuntamiento, la directora general de Gestión Urbanística, Isabel Pinilla, mostraba hace unas semanas ante la comisión municipal de Urbanismo su confianza en que, una vez acometido el realojo de las 114 familias, “el proyecto de expropiación llegue al 80% y las obras de urbanización continúen al haberse liberado una cantidad de suelo importante”. Versión a la que se remite la concesionaria sin hacer más valoraciones.