Cultura se desentiende de las Aulas de la Tercera Edad
El futuro de 3.900 alumnos y alumnas matriculados queda en el aire Coincide con el Año Europeo del Envejecimiento Activo
“De incredulidad” fue la primera reacción de las personas comprometidas con las Aulas de la Tercera Edad al buscarse sin éxito en los presupuestos de la Consejería de Cultura, “tras 28 años de funcionamiento ininterrumpido”, según subrayaba Javier Bendicho, director del centro de L’Eixample en Valencia. Este es el más veterano de los ocho centros repartidos por la geografía valenciana, en los cuales se imparte desde Educación Física o Yoga a Psicología, Medicina o Cerámica y se programan actividades de extensión cultural, como conferencias, teatro o conciertos.
La demanda de las Aulas de la Tercera Edad ha crecido año tras año, hasta llegar a 3.900 matriculados, la mayoría mujeres, que a veces consiguen su plaza tras hacer colas nocturnas de varias horas. Las de Dénia son las más concurridas, mientras que las de Castellón y Alcoi son las que más han crecido. Elda se mantiene estable en torno a 200 matrículas. “Siempre se nos ha puesto como ejemplo del envejecimiento activo”, apunta Vicente Arenas, que gestiona las aulas de Grau y Jesús-Patraix, ubicadas en plantas bajas alquiladas, al igual que sucede con Alicante.
Este eclipse presupuestario coincide con el Año del Envejecimiento Activo, una iniciativa de la Unión Europea para 2012 de la que participa España. Y da la casualidad, asimismo, que Valencia será la única capital española que acogerá, entre el 27 y el 29 de este mes, un congreso sobre el envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional, organizado por la Unesco y la Fundación Cuadernos Rubio. El presidente Alberto Fabra, que encabeza el comité de honor del congreso, tendría dificultades para explicar a los asistentes la ocasión elegida para sacar las Aulas de sus presupuestos. “No sólo nos quedamos sin subvención pública, sino que dejamos de existir para la Consejería de Cultura”, subraya Francisca Conesa, presidenta de la Federación Valenciana de Aulas de la Tercera Edad (Fevated), cuando era “el programa estrella” de Promoción Cultural.
“No aceptamos que nos borren”, afirma la presidenta de Fevated, una entidad regulada, como las propias aulas, por orden de la Consejería de Cultura, que desaparece también de las cuentas autonómicas, pasando de 25.000 euros a nada. Para los ocho centros que acogen aulas de la tercera edad la partida de 2012 fue de 136.000 euros, tras una reducción en 2011 del 30%. Y ahora, cero. “No es viable sin subvención pública”, aseguran los afectados. “Y vamos a presentar batalla”.
Insisten en que se trata del primer programa formativo de promoción cultural para la tercera edad. Las Aulas de la Tercera Edad tienen su origen a finales de la década de los 70, "siendo una de las primeras en el Estado español y adquiriendo mayor volumen a partir de las transferencias autonómicas en materia de promoción sociocultural de la tercera edad". La primera regulación en el ámbito de la Comunidad Valenciana se produjo en 1984, mediante una orden de la Consejería de Cultura, Educación y Ciencia.
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