Imágenes del lado salvaje
La Virreina Centro de la Imagen exhibe la producción fotográfica de la Factory de Andy Warhol
Estudio, centro de producción, sala de exposiciones, comuna y party’s place, lugar para fiestas. La Factory de Andy Warhol fue todo esto y mucho más, porque consiguió convertirse en un icono cultural, una referencia ineludible para los espíritus inquietos de los años dorados de la contracultura, entre 1960 y 1980. Las fotos en blanco y negro que Warhol y sus amigos se disparaban entre ellos de forma compulsiva han pasado a formar parte del imaginario colectivo y, aunque ya se han podido ver en varias ocasiones, siguen conservando todo su encanto e interés. Lo demuestra Catherine Zuromskis, comisaria de la exposición De la Factory al mundo: la fotografía y la comunidad de Warhol, que puede verse en la Virreina Centro de la Imagen hasta el 25 de noviembre y ofrece una amplia visión sobre la producción fotográfica de la Factory desde una perspectiva más intimista y doméstica, casi familiar.
La exposición, que se estrenó en PhotoEspaña Madrid y se completa con un libro de la editorial La Fábrica, despliega unas 70 fotografías y la película Scenes from the life of Andy Warhol, del cineasta experimental Jonas Mekas, que incluye imágenes de la primera presentación pública del grupo Velvet Underground con Lou Reed en el hotel Delmonico de Nueva York, el 13 de enero de 1966. La película, que empieza con una mítica grabación de Nico, la cantante de los Velvet, y termina con la misa para Warhol, celebrada en la catedral de San Patricio de Nueva York en 1990, condensa en 35 minutos los momentos más sobresalientes de los diarios visuales grabados por Mekas entre 1965 y 1982. Se trata de un documento histórico excepcional por la concentración de nombres relevantes de la cultura underground americana, que van de Allen Ginsberg y Peter Orlovsky a John Lennon y Yoko Ono, pasando por Joe Dalessandro, Caroline Kennedy y Mick Jagger, entre muchos otros.
La selección pone de manifiesto que en la Factory todos, quien más quien menos, fotografiaban y se dejaban fotografiar. Bill Name, fotógrafo oficial de Warhol entre 1963 y 1969, dijo: “Las cámaras nos eran tan familiares como los espejos… era casi como si la Factory se hubiera convertido en una gran cámara compacta: entrabas en ella, te exponías y te desarrollabas”.
El abanico va desde las imágenes glamurosas de Cecil Beaton hasta el registro de la cotidianidad del periodista gráfico Nat Finkelstein, autor de los célebres retratos de los Velvet Underground y de la musa de Warhol, Edie Sedgwick, pasando por las tiras de fotomatón y las instantáneas del propio Warhol. En los dos extremos se encuentran los trabajos de Stephen Shore, típico ejemplo del artista que, aun manteniéndose fuera, sucumbe a la fascinación por las dinámicas comunitarias de la Factory y de Brigid Berlin, íntima amiga y fiel colaboradora de Warhol hasta su muerte, que inmortalizó miles de momentos con su Polaroid.
El recorrido por la senda de los recuerdos concluye con unas imágenes del último viaje de Warhol a China, junto a las de su colaborador y compañero de viaje, Christopher Makos. Según aseguró la comisaria, “la Factory no es solo un fenómeno histórico único en su tiempo, sino también un fenómeno de extrema importancia para la práctica artística y social en el contexto contemporáneo".
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