Ford cerrará su fábrica belga de Genk para trasladar la producción a Valencia
La decisión se cobrará 4.300 empleos en Bélgica y refuerza el futuro de la planta española La planta de Almussafes ganará tres modelos, perderá uno y aumentará su número de trabajadores
La planta de Ford en Almussafes, la mayor fábrica valenciana y una de las grandes factorías españolas, ha visto este miércoles despejado su futuro para muchos años. Es la consecuencia “agridulce”, según han descrito fuentes sindicales, de la decisión de la multinacional de cerrar sus instalaciones en Genk, al este de Bélgica, donde trabajan 4.300 personas, y trasladar su producción a Valencia.
A partir de 2014, según han confirmado diversas fuentes, la planta española recibirá los tres modelos que se fabricaban en Bélgica: Mondeo (la gran berlina de Ford), S-Max y Galaxy (en ambos casos vehículos familiares, en versiones de cinco y siete puertas, con grandes maleteros). A ellos habrá que sumar el Kuga, el nuevo todoterreno de la marca del óvalo, que acaba de empezar a fabricarse en Almussafes, y la furgoneta Transit Connect, cuyo lanzamiento está previsto para el año que viene.
La planta valenciana perderá, aseguran las fuentes consultadas, la producción del C-MAX (y su versión Gran C-MAX), heredero dentro de las gamas de Ford del Focus, cuya producción será trasladada a la fábrica de la empresa en Saarlouis (Alemania).
La reorganización deja a Valencia como fabricante de referencia de los vehículos de mayor tamaño de la marca en Europa. Ello encaja con la profunda transformación de las instalaciones que se ha llevado a cabo en Almussafes, donde Ford ha invertido cerca de 1.000 millones de euros desde 2007.
La línea de vehículos como el Focus y el C-Max, más pequeños, es y será probablemente la más vendida de la marca por su precio y por la situación del mercado. El nuevo reparto beneficia, sin embargo, a la planta valenciana, porque esa pérdida se verá compensada por el hecho de pasar de fabricar tres modelos a cinco. Y porque los vehículos más grandes, a pesar de producirse en una cantidad menor, requieren más tiempo de montaje, de modo que su demanda de mano de obra no es muy diferente.
El escenario hace prever que el número de empleados en Ford aumentará de forma inevitable y se recuperará el tercer turno. La crisis ha reducido el número de trabajadores de Almussafes a 6.100, pero es probable que a partir de 2014 crezca de nuevo hasta el entorno de los 7.500.
En agosto, Ford anunció que pensaba reorganizar su producción en Europa para hacer frente a un evidente caso de sobrecapacidad. La larga crisis ha hecho caer fuertemente la demanda en el continente. De una cifra global para todas las marcas de unos 17 millones de vehículos (con la previsión de alcanzar los 20) se ha pasado a unas ventas que apenas alcanzan los 13 millones.
La planta belga era, según todos los indicios, la más vulnerable ante el ajuste: las inversiones llevaban tiempo paralizadas y en 2012 ha estado funcionando solo cuatro días a la semana.
El anuncio realizado hoy viene a respaldar, por otra parte, la línea mantenida en los últimos años por UGT, sindicato mayoritario en la fábrica, que ha alcanzando en los últimos años acuerdos con la empresa que implicaban, básicamente, moderación en las demandas de las condiciones de trabajo a cambio de compromisos de inversión de la multinacional.
La planta de Genk todavía ensamblará coches a lo largo del año próximo hasta que concluya el ciclo de fabricación. Las primeras noticias partieron de los sindicatos belgas, y han sido confirmadas posteriormente en España de forma oficial.
Cientos de trabajadores de la factoría belga se concentraron a las puertas de la fábrica durante la reunión de la empresa con los representantes sindicales. Cuando fueron informados del cierre se produjeron algunas escenas de tensión. Los máximos responsables de Ford Europa, con Stephen Odell al frente, tienen previsto entrevistarse este miércoles con el primer ministro belga Elio di Rupo y la responsable del departamento de Trabajo, Monica De Conick, según confirmó un portavoz gubernamental.
Ford ha recortado la carga de trabajo en la factoría de Genk de forma paulatina desde hace una década. En 2003, la factoría belga sufrió un golpe decisivo cuando la multinacional optó por producir el modelo Focus en Almussafes, una decisión que se tradujo en la pérdida de 3.000 puestos de trabajo en Genk. La factoría fue inaugurada en 1964.
La dirección de Ford ha mantenido una reunión con el comité de empresa de Almussafes para comunicar a los sindicatos de manera oficial la decisión. Según estas fuentes, la dirección les ha comunicado que esto supone un “primer paso” del plan de reestructuración, aunque no les han proporcionado detalle de fechas de cierre de la planta belga ni cuándo asumirá Almussafes esa carga de trabajo.
Desde la representación sindical de UGT y CCOO en la planta han rechazado realizar ninguna valoración de la decisión de cerrar la factoría belga, hasta que la dirección de la compañía no ofrezca los detalles. En este sentido, se han remitido a una reunión en noviembre del comité de empresa europeo, en el que se tratará de las consecuencias de la medida.
Un portavoz de UGT ha apuntado el “sabor agridulce” y su “pesar” por el futuro de los trabajadores belgas, mientras que desde CC OO se ha considerado que ésta no es “una buena noticia para Ford Europa y la marca” y ha expresado su “máxima solidaridad” con los trabajadores de Genk.
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