El Ayuntamiento de Madrid admite su culpa en los disturbios del festival MTV
Reconoce que fue incapaz de prever que la afluencia de público triplicaría sus estimaciones Como organizador del acto, deberá pagar los miles de euros en destrozos La bronca provocó 60 heridos y 11 detenidos
Tras haberlo negado reiteradamente durante un mes, arrojando incluso sombras sobre la actuación de la Delegación del Gobierno, el Ayuntamiento de Madrid (PP) ha admitido esta mañana que, aunque evidentemente el culpable directo de la violencia es siempre el que la genera, sí tuvo responsabilidad en los disturbios que se produjeron en la noche del pasado 21 de septiembre durante el festival musical MTV Madrid Beach, que se zanjaron con 60 heridos y 11 detenidos.
El concejal de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad, Antonio de Guindos, ha descargado de culpa a la Policía Municipal, pero ha aceptado la imprevisión de los organizadores a la hora de detectar, bien desde el principio, bien en los días posteriores debido al éxito de la convocatoria que dejaban traslucir las redes sociales, que la afluencia de público triplicaría las estimaciones de los organizadores.
Organizadores que no son otros que el propio Ayuntamiento, a través del organismo Madrid Visitors & Convention Bureau, previo acuerdo eso sí con la cadena de televisión MTV. De Guindos ha dado hoy gracias a Dios y a la policía porque “un hecho grave tuviera consecuencias limitadas, que pudieron haber sido mucho más graves, mucho mayores”.
El aforo del recinto cerrado, instalado en la explanada del Rey, en el parque de Madrid Río, era de 7.500 personas. El evento fue calificado por el Ayuntamiento como de riesgo medio, según ha explicado De Guindos, es decir, superior a lo rutinario. Por ello, se desplegó un dispositivo de 22 agentes (más otros dos de paisano para controlar la venta ambulante), y se movilizó a 67 más para que estuvieran alerta por si era necesaria su intervención. Pero, aunque se informó a la delegación del Gobierno, no se consideró necesario que ésta destinase agentes al acto, según ha admitido el propio concejal, después de un mes de insinuaciones veladas por parte del Ayuntamiento sobre la falta de colaboración.
A las seis de la tarde del viernes 21 se montó el dispositivo policial, pero no se previó que uno de los grupos, Zombie Kids, iba a atraer a muchas más personas de las estimadas inicialmente. A las 23.30, los organizadores dieron por completo el aforo y pidieron a la policía que no dejara pasar más gente a la explanada, pero “la presión del público era demasiada”. Así, 13.500 personas se concentraron junto al puente del Rey, a sumar a las 7.500 que ya había dentro del concierto. Cuando los de fuera no se conformaron con hacer botellón y quisieron entrar, empezaron los disturbios.
A medianoche, la hora en la que estaba previsto que empezaran a tocar Zombie Kids, grupos violentos comenzaron a lanzar piedras, tapas de alcantarilla y otros objetos contundentes. Media ahora antes, los agentes municipales habían solicitado el refuerzo de sus compañeros en alerta, pero cuando empezaron los disturbios requirieron también la ayuda de la Policía Nacional. Llegaron 40 minutos después, en concreto dos unidades de antidisturbios que estaban vigilando frente a la embajada de Estados Unidos.
Aquí, la versión de De Guindos, que se basa en el informe de la policía municipal, contradice lo afirmado durante todo este mes por la Delegación del Gobierno. Según una portavoz, acudieron 33 indicativos policiales y una unidad de antidisturbios, 60 agentes en total, “los suficientes”. “Pensamos que nos los necesitaríamos, se les dijo que con nuestros propios efectivos podríamos contener el acto, y luego, cuando los llamamos, acudieron con lo que pudieron”, ha explicado hoy De Guindos. ¿Por qué no acudieron más? Porque “durante ese día se habían producido 33 manifestaciones o protestas”, según la Delegación del Gobierno, el doble según el Ayuntamiento, en las que se consideró necesaria su presencia; cuando llegó la noche, esos agentes no podían estar ya de servicio, claro.
Con la llegada de la Policía Nacional, los violentos se dispersaron por las calles aledañas; hasta las 3.15 de la madrugada no se normalizó la situación. Los daños causados ascendieron a 51.400 euros en el interior del recinto de conciertos (que deberá pagar la MTV; si no lo hace, se ejecutará la fianza de 50.000 euros que se le impuso, una práctica habitual en estos casos), más otros 25.500 euros en el exterior, que en este caso deberá cubrir el propio Ayuntamiento como organizador del acto.
“Los responsables de los disturbios son aquellos que cometen los actos vandálicos y las agresiones. El error no tuvo nada que ver con la policía. El problema es una errónea previsión de asistentes. Había un grupo con especial atractivo, que además era gratuito, se estaba moviendo por las redes sociales, y el error es no haberlo detectado. La policía local actuó de forma correcta y lógica. Que existan hechos violentos no era una cosa prevista. Un evento para 7.500 personas atrajo a más de 20.000 persona, la previsión era de más menos un 10% sobre esos 7.500. Pecamos de falta de previsión. A Dios gracias no hemos tenido un problema de mayor gravedad. Hubo un hecho grave con consecuencias limitadas que pudieron haber sido mucho más graves, pudieron ser mucho mayores y lo evito la policía”, ha explicado De Guindos, a preguntas de Izquierda Unida y de Unión Progreso y Democracia.
Además, el concejal ha añadido: “Estamos empezando a detectar la presencia de unos grupos con cierto tipo de violencia. Nos queda la duda de sí estos actos no concitan la presencia de determinados grupos violentos, tendremos que ser muy cautos y vigilantes”.
El concejal de Unión Progreso y Democracia Jaime de Berenguer ha incidido en esa misma línea: falta de previsión, un error de cálculo por parte del Ayuntamiento, y actuación correcta por parte de la policía. Además, ha criticado que desde la propia web municipal se “incitara” con el lema de la convocatoria, “La MTV vuelve a liarla en Madrid”. Y ha lamentado que De Guindos no haya explicado concienzudamente la posible falta de coordinación entre las dos policías, que ha llevado a intercambios cruzados y hostiles de comunicados entre sindicatos de ambos lados. “Nos vamos a ir de aquí sin saber cuál fue el error, o con qué protocolo se prevén estos actos, cómo se mide el gusto de los jóvenes”, insistió en ese sentido la concejal de Izquierda Unida Milagros Hernández.
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