López vuelve a incitar a Urkullu

Satisfecho por su intervención en el debate de candidatos a lehendakari en ETB-2, Patxi López entendió ayer, al recibir a Alfredo Pérez Rubalcaba, que debía seguir interpelando a Iñigo Urkullu porque la táctica le había dado un buen resultado en el plató de televisión, según las estimaciones de sus más próximos. El líder socialista considera al candidato del PNV su enemigo a batir aunque cada uno lidie la suerte electoral en escenarios muy distintos. En realidad, desde que arrancó la campaña, López busca el mano a mano con Urkullu, sabedor de que tiene la mayoría de papeletas para sucederle al frente del Gobierno vasco con los resultados del 21-O.

En ETB, el lehendakari evidenció que almacenaba en su memoria los datos suficientes para radiografiar el estado del país, ofreciendo así una imagen de control de situación en áreas nucleares que le dieron fuerza suficiente para incitar a Urkullu en la línea más delicada, la del marco jurídico para Euskadi. Así, al ver que el presidente del PNV evitó entrar en disquisiciones sobre la puesta en escena de su proyecto de nuevo estatus político, López volvió a utilizar ayer la estrategia. “El que oculta su programa, niega a la gente el derecho a decidir, porque le niega el derecho a saber lo que está diciendo con su voto”, denunció.

Aunque sabe que la táctica de Urkullu durante la campaña es evitar la confrontación con el resto de los candidatos, López no desperdicia la oportunidad de cuestionar los silencios del PNV en materias sensibles de su futura acción de gobierno. De hecho, el candidato socialista comparó a Urkullu con Rajoy por “esconder durante la campaña de las generales la tijera”, recordó, para después sacar la guadaña de los recortes.

En un abarrotado paraninfo de la UPV, en Bilbao, López no se olvidó de insistir, ante simpatizantes, en su rechazo a la fórmula de la independencia en la línea que mantiene de marcar distancia al mismo tiempo del centralismo que adjudica al PP.

Con todo, consciente de que le resulta imprescindible recortar el índice de abstencionistas y descreídos con el PSE-EE, el lehendakari apeló al voto de “toda la gente de izquierdas, de todos los progresistas” bajo el mensaje de que su partido “nunca se olvidan del dolor ajeno y nunca se resignarán mientras haya una injusticia en el mundo”. Rubalcaba asentía, claro.