Urrutia golea en la asamblea de socios

En pocas ocasiones una Junta Directiva saca adelante sus cuentas con la holgura que ayer lo consiguió la presidida por Josu Urrutia en el Athletic que consiguió 511 adhesiones, de entre 603 compromisarios, a los presupuestos liquidados de la temporada anterior, y el apoyo de 508 de entre los 593 votantes, al presupuesto para la actual temporada. Nada nuevo bajo el sol. Los presupuestos de la temporada 2011-21 se liquidaron con un superávit de casi 2,5 millones de euros y los que regirán económicamente la actual temporada 2012-2013 tienen dos asuntos definitivos: el presupuesto previsto contempla un superávit de 42,8 millones (gracias al traspaso de Javi Martínez al Bayern de Múnich) y además congela las cuotas de los socios. Aún así, 66 compromisarios votaron en contra de la liquidación y 59 en contra del nuevo presupuesto. No consta si querían más o querían menos.

Josu Urrutia sabía que por ahí no iban los tiros. La gestión de la Junta era impecable, teniendo en cuenta los beneficios deportivos y audiovisuales imprevistos por la trayectoria en la Liga Europa. Además, gracias a los beneficios inesperados (deportivos en Europa) o de traspasos (indeseados) como el de Javi Martínez. Todo ello ha permitido revertir otros descensos, como la reducción de ingresos por subvenciones (de la Diputación de Bizkaia) o el pago total de la deuda fiscal del Athletic con la Diputación Foral. Se diría, por tanto, que a fecha de hoy el Athletic no debe nada a nadie (que no sea derivado de la temporización de pagos), algo que en el fútbol español nunca se sabe sin es bueno o si es malo.

Josu Urrutia construyó un discurso breve, muy institucional a la vez que sobrevolando a ras de Lezama, dejando que corra el aire por los asuntos que han resquebrajado un poco el ánimo social con las situaciones ocurridas. No fue una dejación, simplemente un aplazamiento ante la previsible afluencia de intervinientes en la sección de ruegos y preguntas. Urrutia hizo mucho hincapié en el Plan Estratégico de Lezama, en avanzar en la reforma de Estatutos y en la convicción de que “si el Athletic es un club diferente en su filosofía y en su planteamiento también debe serlo en otras circunstancias”, refiriéndose al caso de Fernando Llorente y la decisión del club de no aceptar traspasos aun a costa de perder dinero. Urrutia considera que “en eso también somos diferentes”, lo que previsiblemente descarta cualquier salida de Llorente en el mercado de invierno, donde su precio puede ser aún menor.

Todo se limitó al capítulo de ruegos y preguntas, donde suena la artillería ligera y pesada en todas las asambleas. Urrutia, a preguntas de los compromisarios, recordó que “jamás dudé de Marcelo Bielsa para la renovación” y agradeció que “los que dudaban de Bielsa cuando vino al Athletic ahora son los defensores de Bielsa cuando decían que se iba. Me alegro de que eso ocurra..., por el bien del Athletic”.

Fue un argumentaro filosófico y razonablemente sentimental el de Josu Urrutia ante los arrebatos sociales por las circunstancias concretas. Fue su argumentario del año. Urrutia en estado puro.