López y Urkullu rivalizan con ofertas de pactos de carácter económico

Después de toda una legislatura instalados en el enfrentamiento, tanto el PSE como el PNV hicieron ayer ofertas de pactos para resolver los principales problemas que tiene Euskadi, el desempleo y el mantenimiento de las ayudas sociales y de las pensiones. El lehendakari y candidato del PSE a la reelección, Patxi López, anunció ayer en Txurdinaga, Bilbao, que lo primero que hará una vez celebradas las elecciones será ofrecer a los partidos un gran pacto anticrisis y en favor del empleo, como la mejor vía para impedir los recortes presupuestarios que prevé el PNV. Su candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, ofreció ayer un pacto por las ayudas sociales y garantizó a todos los jubilados que cobrarán las pensiones, pese a estimar en mil millones el recorte del gasto que tendrá que afrontar el próximo Gobierno en el presupuesto de 2013.

López garantizó ante un grupo de parados en la Casa del Pueblo de esa localidad que si sigue en Ajuria Enea, su principal preocupación será combatir el paro con ayudas para la contratación y dotaciones de fondos para reactivar la economía. Por ello avanzó que en la primera sesión que celebre el Parlamento autonómico tras las urnas, previsiblemente a finales de diciembre planteará “un acuerdo general, un pacto anticrisis y por el empleo” con todos los demás grupos parlamentarios. “Y no voy a ir con las manos vacías”, añadió.

López explicó algunas medidas concretas que va a plantear en ese debate y que en esta legislatura se le han quedado en el tintero. Entre ellas planteará dedicar todo el dinero recaudado con el impuesto de sociedades a reactivar la economía y el empleo. También contratará cada año a 8.000 personas que hayan agotado sus prestaciones por falta de trabajo, de las que la mitad serán en poblaciones con mayor tasa de paro. El plan incluye además la contratación de 2.000 jóvenes en pymes, a las que el Gobierno vasco aportaría recursos para este fin. El lehendakari explicó que en una coyuntura como la actual en la que los recursos son escasos, su planteamiento será el de obtenerlos a base de hacer un esfuerzo extra y coordinado con las diputaciones contra el fraude fiscal.

Prácticamente al mismo tiempo pero ante una clientela próxima al nacionalismo, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu se involucró en la polémica sobre la inviabilidad de un sistema vasco de pensiones debido a que los ingresos por cuotas ascienden a unos 6.000 millones y el pago de prestaciones está ya en los 7.000.

En un mitin que celebró en el municipio vizcaíno de Getxo, Urkullu pidió que se ponga fin a “tanta manipulación sobre el autogobierno” y que cesen los comentarios en el sentido de que no se puede hablar de independentismo porque conllevaría “ruptura social” o “el impago de las pensiones”. “El nacionalismo”, añadió, “no acabará con las pensiones sino que las gestionará mejor” y por ello volvió a reclamar la transferencia a Euskadi de la gestión de la Seguridad Social. En otro acto político Urkullu, propuso alcanzar “un pacto” que garantice el mantenimiento de los servicios sociales y que persiga el fraude en este ámbito “porque es un fraude a toda la sociedad”.