Salvador Alemany: “El conflicto nos afecta y no estamos tranquilos”

Han tenido que dar las siete de la tarde para que alguien haya roto el silencio. El marco, la jornada económica anual que organiza la escuela de negocios ESADE en el plácido monasterio de Sant Benet de Bages (Barcelona). Los asistentes, un centenar empresarios y académicos. Tras nueve horas de ponencias dando vueltas a la crisis, sus causas y las recetas para salir de ella, en las que ni preguntando ha habido manera de que los empresarios se mojaran sobre el debate soberanista, ha pedido la palabra el presidente de Abertis, Salvador Alemany. Silencio. “Llevamos todo el día aquí y al no tratar el conflicto institucional en esta reunión de académicos y empresarios puede parecer que no nos afecta, que ya lo resolverá el estamento político mediático. Pues nos afecta y no estamos tranquilos”, ha sostenido Alemany, que también es el presidente del consejo asesor del presidente de la Generalitat, Artur Mas, en materia económica.

Alemany ha afirmado que tras la reunión entre Mas y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que enterró el pacto fiscal “se ha abierto un paréntesis de no diálogo” y ha llamado a “no interrumpirlo”. “Es el momento de sentarnos, de no potenciar el enfrentamiento, no lo consideremos banal”, ha clamado, y ha argumentado que “a los empresarios se les presenta una situación compleja, durante en el duelo entre administraciones, sobre qué pasará con su actividad”. “Estamos un momento clave en la forma de navegar”, ha afirmado quien preside el consejo de expertos que asesoran a un presidente que presume de tener un timón en su despacho.

Hasta la intervención de Alemany, solo el exresponsable de la seguridad europea y actual presidente de EsadeGeo, Javier Solana, había expresado su opinión sobre la actualidad política. Y lo hizo en un pasillo, a petición de los informadores. Solana está “contra la disipación y a favor de la concentración”, ha manifestado. En su opinión, la prioridad debe ser la lucha contra la crisis y no los debates políticos como el que vive Cataluña u, otro ejemplo, el relevo en la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Solana ha explicado la sorpresa que el conflicto institucional actual entre Cataluña y España causa en el extranjero. “Hay una gran preocupación, España está en uno de los momentos más difíciles y cuando participo en road shows no entienden que tengamos que comernos todos los bocados históricos de una vez”. “¿Qué mala sociedad tenéis con esta incapacidad de gestionar las cosas?”, ha asegurado que le preguntan en Alemania o Francia.

La intervención de Solana ha originado un rifirrafe con el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que le ha reprochado que finalizara su intervención sobre el estado del mundo afirmando "y ahora tenemos que hablar de Cataluña". En respuesta a Solana, el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha respondido que el debate soberanista es “muy sentido” por los catalanes. “Es tocar hueso” ha dicho visiblemente alterado, como él mismo ha reconocido. “He sido un político españolista durante más de 60 años, pero esto ha llegado a un punto de no retorno”, ha afirmado. “Me ha faltado serenidad, Javier [Solana], pero varios millones de catalanes nos jugamos algo fundamental”, ha sido la conclusión del ex presidente, que ha sido aplaudido por los asistentes.

Desde hace cuatro años, cuando la crisis de Lehman Brothers todavía coleaba, la jornada económica de ESADE en el monasterio de Sant Benet de Bages no se celebraba con una actualidad política y económica tan caliente como la de hoy. Mientras un centenar de empresarios debatían sobre economía, el Parlament de Catalunya vivía la trascendental votación que ha aprobado un referéndum sobre la independencia y, en Madrid, el Gobierno ha presentado los presupuestos para 2013 con la incógnita de cuándo se pedirá el rescate. El morbo, estaba servido. Sin embargo, fieles a su discreción en público, los empresarios catalanes han rehuido el debate hasta la intervención de Alemany.

Ni siquiera preguntándoles ha habido manera de que se posicionaran. Toca esperar, verlas venir y ya nos adaptaremos a lo que haya, son los tres puntos clave de sus respuestas. Algunos asistentes, como Artur Carulla (Agrolimen), Manel Adell (Desigual), Xavier Pujol (Ficosa) o Luis Cantarell (Nestlé), incluso declinaron entrar en el debate secesionista.

Los que sí han opinaron, lo han hecho de forma ambigua. El ex presidente de Borges, Antoni Pont, ha considerado que “es preciso ver cómo evolucionan los acontecimientos y adaptar la estrategia a ellos”. Sobre la eventualidad de un boicot a los productos de origen catalán, ha tranquilizado: “Puede suceder, pero en anteriores ocasiones se ha superado”. Por parte de la agroalimentaria Casademont, Ariadna Casademont, ha advertido: “las empresas somos apolíticas”. “Tenemos una actividad muy clara que consiste en poner nuestro grano de arena para que la economía avance”, ha manifestado y ha añadido: “Es un lujo vivir la actualidad, pero no nos podemos posicionar”. Casademont también ha restado importancia a un posible boicot: “Los productos catalanes son de alta calidad y los consumidores son inteligentes, espero que ningún sector resulte afectado”.

Los empresarios han coincidido en pedir serenidad. Xavier Torra (Simon), ha emplazado a tener un “diálogo pacífico, sereno”, aunque ha reconocido que existe una “preocupación difícil de dimensionar” ante la posibilidad de boicot. También ha admitido que entre los empresarios catalanes existe preocupación el único representante de las patronales catalanas, Antoni Abad, presidente de CECOT, que ha explicado que su organización recibe consultas de empresarios que representan posturas ideológicas opuestas: “Desde empresarios que ven en el futuro una oportunidad, hasta otros que tienen vértigo ante lo que pueda pasar”. “Lo único seguro es que el futuro es desconocido y el calendario también, pero hay que resolver de una vez por todas el encaje de Cataluña en España”, ha dicho.