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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Elecciones contra la crisis

Mas exhibe el músculo soberanista de CiU y se postula como el presidente que conducirá el proceso de autodeterminación en Cataluña

Francesc Valls

El debate de política general que ha abierto con solemnidad y expectación el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha desvelado varias incógnitas: las elecciones catalanas serán el próximo 25 de noviembre y de momento no habrá consulta, aunque se inicia el camino hacia la autodeterminación de Cataluña, que él quiere dirigir. Según el guion previsto, Mas ha iniciado su intervención estableciendo una estrecha complicidad con los manifestantes de la Diada. El presidente ha sacado pecho: la manifestación del 11 de Setembre y la negativa al concierto catalán por parte del Gobierno central obliga a elecciones. A partir de aquí, Mas ha subrayado el hecho diferencial económico que permite que Cataluña venda al resto de España el 47% de sus exportaciones, mientras que el resto del mundo supone el 53%. Ello, a juicio del presidente catalán, es un elemento positivo, porque muestra que Cataluña depende cada vez menos del resto de España. En el turismo, Cataluña también es una potencia. Todo va sobre ruedas en el camino hacia la plena soberanía.

El arranque nacionalista de Mas se ha llevado la primera media hora de su discurso. Han tenido que pasar 24 minutos para que salieran a colación los 821.600 parados que hay en Cataluña. Algo más de tiempo les ha llevado salir a escena a los 80.000 enfermos que no tienen fecha de intervención y las 200.000 personas que esperan una prueba diagnóstica. En los 22 meses de Gobierno ha descendido un 4,6% los fondos destinados a políticas sociales. Al inicio de su mandato el presidente catalán aseguraba que la austeridad devolvería la confianza y el crecimiento, hoy la cosa ha cambiado: “El peligro es convertir la austeridad de valor en tótem”.

Futuro nacional y modelo de país van unidos, a juicio de Mas. En una línea muy española, el presidente catalán ha esquivado responsabilidades y ha repartido culpas entre sus antecesores, el Gobierno central y Europa –que impone la austeridad-. Como era de esperar el broche de oro se lo ha llevado el nacionalismo: la historia milenaria de Cataluña y el derecho de autodeterminación. Mas cree que Cataluña alcanzará sus objetivos nacionales en una o dos legislaturas. Y él tiene una misión histórica: conducirla… Y ganar las elecciones.

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