Protesta contra los recortes y una vuelta al pasado en la educación

El malestar de la comunidad educativa por los recortes, los cambios normativos y un inicio de curso cargado de problemas recorrió ayer las calles de Valencia, Alicante y Castellón. Miles de ciudadanos, especialmente profesores, padres y madres, y alumnos exigieron el fin de los ajustes.

Fue la primera manifestación del otoño contra los recortes en la educación, una protesta que “pone en marcha un curso de movilizaciones” para exigir “más inversión, más calidad, más valenciano y más dignidad” para la enseñanza pública, como proclamaba la pancarta que abría las marchas en las tres ciudades y subrayaba un manifiesto en el que la Plataforma per l'Ensenyament Públic exigió al Consell y al Gobierno un cambio de rumbo para no “hundir” el sistema educativo. Los convocantes calcularon en unos 45.000 los asistentes a las protestas, una cifra que la Policía redujo a algo más de 5.000 entre Valencia y Alicante.

Al rechazo a los recortes en las ayudas escolares y en las plantillas de docentes, la subida de tasas universitarias, los retrasos en el pago de gastos de funcionamiento de los centros y un decreto sobre la enseñanza plurilingue que “margina” el valenciano, los convocantes añadieron ayer su oposición a la reforma presentada por el ministro de Educación, José Ignacio Wert. “Es una vuelta al pasado, al sistema nacionalcatólico que algunos echan en falta”, aseguró Marc Candela. portavoz del STEPV. “Es volver a los años sesenta”, abundó Miguel Ángel Vera, secretario general de la federación de enseñanza de CC OO. Guillermo Martí, responsable de la federación en UGT, incidió en que “el Gobierno debería invertir más en educación, no al revés”, mientras que Vicent Moreno, presidente de Escola Valenciana, subrayó la idea de que sin un bilingüismo real no puede haber plurilinguïsmo.

Las marchas en Valencia, Alicante y Castellón piden más inversión

Estamos muy preocupados por la educación porque se la están cargando”, criticaba en Valencia Jordi Sanz, comercial de 38 años, mientras empujaba el carrito con su hijo. “Nos están abocando a la privatización con recortes que son ideológicos”, añadió. Abundaban en la marcha los manifestantes con camisetas negras con el lema “per una educació pública de qualitat”, y las ya clásicas pancartas con la tijera pintada sobre un gran “No”. “El PP des-educa para dominar”, decía la pancarta de Andrea Mollà, ingeniera técnica en paro, convencida de que cuanto menos preparado esté el ciudadano, “menos podrá decidir”. Manuel Carmona acudió “en apoyo” de sus nietos con un cartel que advertía que una “escuela clasista divide a la ciudadanía”. “Wert es lo peor”, decía la de Pilar, profesora de secundaria “cabreada” por la reforma y los ajustes.

Entre los pocos estudiantes en la marcha de Alicante —también hubo menos que otras veces en Valencia—, Nasaria Valdés, de 16 años y que estudia en el IES de Sant Vicent del Raspeig, criticó que “las clases están abarrotadas” y “hay menos profesores” —“Mi hijo ha empezado la primaria sin maestro”, se quejaba por el mismo problema Amparo en Valencia—. Decenas de asistentes en Alicante pidieron una huelga general.

Diferentes normativas

Las escuelas de idiomas, los interinos, las FAPA y políticos de la izquierda se sumaron a la protesta, que también se celebró por las calles de Castellón. La plataforma instó a Educación a “retirar de manera inmediata las diferentes normativas” que, a su juicio, “hacen tambalear la educación”. “La atención a la diversidad, la igualdad de oportunidades, el derecho a tener una competencia lingüística igual en valenciano y en castellano son postulados a los cuales no vamos a renunciar”, concluyó.