Socialistas e ICV-EUiA se oponen a la marina de lujo del Port Vell

Con mayor o menor intensidad, los dos partidos que gobernaron la ciudad —el PSC e ICV-EUiA— se oponen a que el Port Vell se convierta en una marina de lujo. El proyecto, que promueve el Puerto de Barcelona y que ha hecho suyo el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, supone la conversión del actual Port Vell, en el que amarran pequeñas y medianas embarcaciones de recreo, en una marina de lujo con una reserva muy importante para yates de gran eslora. Los vecinos de la Barceloneta se oponen a la transformación, que se ha ido gestando con poca transparencia.

En las alegaciones presentadas, los socialistas se muestran contrarios a que se instalen muelles para yates grandes en el paseo de Joan de Borbó y en los muelles de la Barceloneta y del Rellotge. Sostienen que deben preservarse para las embarcaciones pequeñas. “Los yates de gran envergadura deben estar en la zona de la nueva bocana. No deben hibernar en el paseo porque harán de pared, de frontón, en algo que debe seguir siendo espacio público”, apunta la edil Assumpta Escarp. El PSC también se opone a que se construyan dos edificios nuevos. Una de ellos está planteado como gimnasio y el segundo para restaurantes. Los socialistas consideran que no tienen ningún sentido ni uno ni otro por la oferta de instalaciones deportivas que ya existe en el frente litoral —al lado de la marina— y el sinfín de restaurantes.

Retirada del proyecto

Iniciativa per Catalunya (ICV-EUiA) presentará en la comisión de Hábitat Urbano del jueves próximo una proposición para instar la retirada del proyecto. Ricard Gomà, jefe de filas ecosocialistas del Ayuntamiento, considera que la marina de lujo del Port Vell contribuirá a “blanquear dinero procedente del fraude fiscal” y que las expectativas de inversión y empleo para el barrio son una falacia. Esos han sido los argumentos del alcalde para defender el proyecto.

Gomà afirma, además, que la marina de lujo ha sido “promovida con opacidad por un operador privado ajeno al debate y control democrático, y representa un modelo urbano privatizador, elitista y excluyente, y un modelo económico vinculado al lujo y a las redes supermillonarias obtenidas en buena parte con la indecencia del capitalismo financiero”.