Portabella y Trias perfilan el pacto

 El gobierno de CiU y el grupo de Unitat per Barcelona (UpB) perfilan el acuerdo en el plan del mandato municipal (PAM) que posibilitará al alcalde Xavier Trias los dos votos que le hacen falta para poder aprobar la hoja de ruta. Siempre que el PSC mantenga la decisión de abstenerse. Eso fue lo anunciado por el presidente del grupo municipal, Jordi Martí, y lo asumido por el comité ejecutivo de la Federación socialista la semana pasada. Pero en medio de una notable resistencia de las bases del partido renuentes a allanar las cosas al alcalde.

Una resistencia a la abstención que se ha dejado notar con contundencia en los diez distritos de Barcelona que a lo largo de esta semana han tenido que informar sobre la propuesta del PAM. Todos los consejeros del territorio socialistas —que son nombrados por las agrupaciones— han informado desfavorablemente. “Lo han hecho con convicción, porque es lo que les pedía el cuerpo”, reconocía una fuente socialista. Más allá de si el documento que se sometía a dictamen recogía —que no lo hacía—el acuerdo de mínimos al que llegaron Trias y Martí, los consejeros socialistas han querido dejar clara su posición en los distritos ya que son ellos quienes se relacionan con los vecinos, entidades y organizaciones.Un rechazo que pone en evidencia la distancia que hay entre el jefe de filas del PSC en el consistorio y las bases de su propia organización que lidera Carles Martí, el primer secretario de la Federación socialista.

Y en los distritos, también, ha quedado en evidencia la debilidad del gobierno de CiU. En todos ellos se sometían a votación los planes del mandato a lo largo de esta semana. Se trata de la planificación territorial de los proyectos y políticas. CiU sólo ha logrado aprobar el de Sarrià-Sant Gervasi —en el que tiene mayoría— y Gràcia y Les Corts gracias a la abstención del PSC. En Ciutat Vella, Eixample, Sants-Montjuïc, Horta-Guinardò, Nou Barris, Sant Andreu y Sant Martí socialistas, ICV-EUiA y PP han votado en contra. UpB se ha abstenido en todos.

En consecuencia, el gobierno de CiU no ha logrado aprobar los planes de siete de los diez distritos. Algo que no parece inquietar ni en la Casa Gran y tampoco demasiado en los barrios. La minoría de Trias supone, en la práctica, que no se proyecta apenas nada nuevo. Una falta de iniciativa política que, sin embargo, no está desgastando al alcalde.

La abstención de UpB en todos los planes de distrito se debe a que las negociaciones de esa formación con Trias para llegar a un pacto con el PAM no han terminado. Tras una primera reunión del alcalde y Jordi Portabella, ayer trataban de perfilar el acuerdo y darle cuerpo a las alegaciones que ha planteado el líder republicano.

Las demandas que el grupo independentista ha planteado a Trias, básicamente, son reforzar “las estructuras de capital de estado” —especialmente la financiación y el control de infraestrucuturas clave, como el puerto— todas las políticas relacionadas con la educación e introducir consultas ciudadanas, del tipo de la Diagonal en el mandato anterior. Fuentes de CiU y de UpB comentaron que las negociaciones se cerrarían en breve. De hecho, el próximo miércoles en la comisión de presidencia se tiene que informar sobre el PAM. Y las posiciones de los partidos —UpB y PSC— deberían estar claras para someterlo a aprobación en el pleno del 5 de octubre.

Portabella también quiere plantear que Barcelona se adhiera a la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI). La cuestión es cuándo. Si en el primer pleno ordinario, de finales de octubre, o dejarlo para más adelante. La cosa depende de los tiempos polítcos que están completamente abiertos.