Cierra el Talía y el Musical no abre, dos teatros públicos menos
Mientras se hunden teatros públicos, las salas autogestionadas dan señales de estar a flote anunciando nueva programación
Dos teatros públicos menos. La escena teatral valenciana suma pérdidas trimestre a trimestre y la capital autonómica es el mejor laboratorio para comprobarlo. Hoy se ha anunciado oficialmente la eliminación del Teatro Talía de la red de Teatres de la Generalitat, hecho que se materializará a partir del 1 de enero de 2013, al no renovar el convenio suscrito con la institución Casa de los Obreros. A esta pérdida por cierre, se suma la no apertura del Teatre el Musical, pendiente desde la pasada temporada de la convocatoria del concurso para su arrendamiento por parte del Ayuntamiento de Valencia. A Toni Benavent, vicepresidente de la asociación de salas y compañías Avetid y miembro del consorcio que gestionó el Musical hasta acabar la última temporada, el cierre del Talía le parece "una barbaridad" porque la sala de la calle Caballeros "era el teatro del teatro valenciano".
Fuentes de Teatres de la Generalitat han aventurado la idea de que la programación del Talía sea aborbida por el Teatro Rialto y la sala Martín i Soler del Palau de les Arts, que no requeriría el pago de alquiler. Para Benavent, esta hipótesis carece de sentido, puesto que aunque la sala Martin i Soler "está muy bien para la música, no reúne las condiciones necesarias para tratar las artes escénicas". Las mismas han explicado que con el cierre, Culturarts, el nuevo ente que aglutinará a los institutos culturales autonómicos, se ahorrará unos 260.000 euros anuales en concepto de costes fijos, alquiler y personal, sobre todo. Esta cantidad se podría duplicar si se incluye el gasto en programación.
"El Teatre Talia estaba destinado a asumir teatro de riesgo dentro de su función pública. Teatres de la Generalitat ha dejado de ejercer su papel como impulsor del teatro público", denuncia el vicepresidente de Avetid. "Además de cerrar salas, cada vez más, su programación hace la competencia al teatro privado". Al hilo de los acontecimientos, Esquerra Unida del País Valencià ha acusado a la consejera de Cultura de tejer "una estrategia muy clara", consistente en "reducir las infraestructuras de Teatres de la Generalitat para justificar un inminente Expediente de Regulación de Empleo que dejará a mucha gente en la calle".
Así las cosas, mientras se hunden los teatros públicos, las salas autogestionadas muestran señales de mantenerse a flote, al presentar sus nuevas programaciones, a pesar de las crecientes dificultades, entre las que la subida del IVA y la ausencia de ayudas de la Generalitat en 2012 no es la menor. Sirvan como ejemplo Espacio Inestable, con su festival Islotes en red en marcha; la Sala Ultramar, con una obra de Lluisa Cunillé dirigida por Paco Zarzoso para abrir temporada el día 27; L'Alambre que arranca el fin de semana con fantasía; Teatre Russafa implicado en el despliegue del festival Russafa Escènica, y Albena estrenará coproducción en el Flumen, anticipa Toni Benavent, gerente de la compañía.
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