El congreso mundial de móviles supera la contratación de espacios del año pasado

La edición del próximo año del Mobile World Congress (MWC) tendrá más superficie de exposición que nunca. Fira de Barcelona ya lo había estudiado cuando planteó el traslado del salón a su recinto en Gran Via de L'Hospitalet, abandonando el tradicional de Montjuïc, y ahora ya lo han certificado. A falta de cinco meses para su celebración (entre el 25 y el 28 de febrero), los organizadores ya han firmado contratos que superarían las cifras del pasado año.

"El cambio de emplazamiento ha sido bien acogido", ha explicado esta mañana el director general de Fira de Barcelona, Agustí Cordón. El traslado a L'Hospitalet permitirá ganar un mínimo del 60% de superficie bruta de exposición, si bien sus modernos pabellones no permitirán que las empresas exhibidoras puedan hacer los espectaculares escenarios de anteriores ediciones. Según ha admitido Cordón, algunas empresas han contratado pabellones enteros.

Más allá del sector de la movilidad, los organizadores quieren difundir en la próxima edición lo que supondrá la puesta en marcha de la Mobile World Capital que Barcelona estrenará el próximo año, a la espera de que Fira de Barcelona concrete el lugar donde ubicará de forma permanente el centro de divulgación, para el gran público, y el inmueble donde se concentrarán empresas tecnológicas para desarrollar nuevas aplicaciones de movilidad. Las Administraciones catalanas negocian con un centenar de empresas para que se instalen en la capital catalana. 

Mientras tanto, el equipo de Barcelona Mobile World Capital que dirige Ginés Alarcón trabaja en el desarrollo de cinco centros de competencia en Barcelona, lo que se ha venido a denominar el hub empresarial. Los organizadores buscan empresas dispuestas a colaborar para desarrollar nuevas tecnologías basadas en la telefonía móvil, y que se centrarán en los ámbitos de la sanidad, los servicios financieros, el transporte, los contenidos y las ciudades inteligentes.

Alarcón ha enfatizado que los centros de competencia persiguen "la colaboración, no la competencia entre empresas" y ha señalado como un posible desarrollo la tarjeta sanitaria y el historial clínico en el teléfono móvil, lo que comportaría, a su vez, una codificación de enfermedades para todo el mundo.