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El Cupo irrumpe en la campaña

El Gobierno “no perderá un euro” de los 511 de su litigio con Madrid Mendia emplaza a Urkullu a decir si el PNV “ha variado” y se conforma “con menos”

Iñigo Urkullu, primero a la izquierda, en el centro de Biociencias de Bizkaia.
Iñigo Urkullu, primero a la izquierda, en el centro de Biociencias de Bizkaia.miguel toña (EFE)

El Cupo, o más bien el litigio que en torno a él mantienen los Gobiernos vasco y central desde 2007, entró en la precampaña el lunes, al contraponer el PNV los recursos añadidos que aportaría su resolución —hay más de 500 millones en juego— con la reforma fiscal que promueve el lehendakari, Patxi López.

López deja en duda su asistencia a la Conferencia de Presidentes

Aunque fue el candidato del PNV, Iñigo Urkullu, quien sacó a colación el asunto en términos de emplazamiento al Gobierno, este obtuvo así la ocasión de afirmarse en la defensa del autogobierno y de emplazar al peneuvista a aclarar si él cerraría la disputa a costa de rebajar la cantidad que el Ejecutivo de Patxi López reclama al ministerio de Hacienda. Además, recordó que el conflicto proviene de 2007, cuando aún gobernaba el PNV, y subrayó que la negociación con Madrid la lleva el Gobierno “de manera consensuada” con las diputaciones. Dado que el PNV gobierna la de Bizkaia, la portavoz, Idoia Mendia, mostró su extrañeza por el hecho de que Urkullu no conozca el estado de la cuestión. “Entiendo que le darán detalles al presidente de su partido”, añadió, en referencia a los responsables del gobierno foral que preside José Luis Bilbao.

Mendia admitió que la cuestión no ha avanzado desde que el PSE-EE llegó al Gobierno y que el desacuerdo “es el mismo” con el Gobierno de Mariano Rajoy que con el anterior del PSOE.

Aguirre rebate a Rajoy: “El problema es el crecimiento, no el déficit”

“Nosotros no nos vamos a mover de lo que consideramos la interpretación correcta, no vamos a perder ni un euro, porque iría en perjuicio del país”, dijo. Mendia afirmó que la cuestión podría resolverse de inmediato, pero solo en el caso de que el Ministerio de Hacienda aceptara la cuantificación del Ejecutivo vasco. “El tema está sobre la mesa. Si el Gobierno de España cambia y se aviene a nuestra posición” el acuerdo sería posible, dijo. A continuación consideró “difícil” que lo haga y más en el actual “contexto electoral”.

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La extra de Navidad y el 21-O

No será este Gobierno, sino el que dicten las urnas según los resultados del 21-O, el que decidirá si los empleados públicos vascos cobran o no la paga extra de Navidad. Así lo dijo ayer la portavoz del Ejecutivo, Idoia Mendia, en referencia a la imposibilidad de que el Gobierno promueva ahora una norma que le permita eludir su supresión —como ha hecho Navarra cambiando las fechas de abono— al estar el Parlamento disuelto.

El Ejecutivo de Patxi López discrepa de ese recorte dictado por el Gobierno del PP, y negocia su no aplicación, antes de presentar un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, por entender que invade sus competencias. El Gobierno vasco entiende que, a diferencia de la rebaja salarial decretada en 2010, que afectaba a la retribución básica del funcionariado, en esta ocasión no es así, por lo que no estaría obligado a cumplir la orden de no abonar la paga.

Mendia defendió, no obstante, que el Gobierno actual ha dado “respuesta” desde el minuto uno “a todos y cada uno” de los recortes dictados por el Ejecutivo de Mariano Rajoy y aseguró que quien tenga el encargo de gobernar tras el 21-O tendrá “margen” temporal para actuar en el sentido que considere.

“Hay un plazo suficiente para tomar las medidas que sean oportunas y necesarias, y las tomará el Gobierno que salga electo de las urnas”, recalcó.

Por parte vasca, “no estamos dispuestos a ceder”, recalcó. Porque sería “un perjuicio para el País Vasco” y porque entrar siquiera a considerar una rebaja en la cantidad reclamada sería como admitir que se cuestionen como tales el Concierto Económico y la Ley de Cupo que rigen las relaciones de las finanzas públicas entre Euskadi y la Hacienda central.

Tras esta reafirmación de la posición del Gobierno en este litigio de cinco años, Mendia dijo no entender el emplazamiento de Urkullu en esta cuestión, “salvo que el PNV haya variado su posición, y piense que se pueden conformar con menos” de los más de 500 millones reclamados. Mendia admitíó que no habrá ningún problema si no se cierra un acuerdo antes de fin de año, porque la ley de Cupo se prorroga automáticamente.

El Ejecutivo entró en colisión directa también con el Gobierno del PP en su valoración de la primera entrevista del presidente, Mariano Rajoy — “no despejó dudas ni dejó tranquilo a nadie”, dijo Mendia— y en su discrepancia de raíz respecto de la prioridad absoluta que fijó a la lucha contra el déficit. Al paso de este planteamiento salió el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre. El problema fundamental de España “es el crecimiento, no el déficit”, rebatió. Sin el primero, no hay forma de crear riqueza para devolver la deuda y contener el segundo, dijo. Y las cláusulas del rescate, que vio difícil de esquivar, impedirán ese crecimiento, dijo.

Aguirre defendió de nuevo la solvencia de las cuentas vascas y su reputación externa, que le ha procurado el crédito de 400 millones del Banco Europeo de Inversiones “a un interés increíble” recordó, aunque mostró su temor de que el Fondo de Liquidez vaya a “perturbar las condiciones generales de acceso a la deuda”.

Un tercer frente quedó abierto, también con el Gobierno Rajoy, al dejar la portavoz en el aire la asistencia o no del lehendakari a la Conferencia de presidentes autonómicos. López esperará a recibir la convocatoria, sopesará “los contenidos y el orden del día” que se planteen para esa cumbre y testará “la voluntad del Gobierno de España” antes de decidir si acude.

El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, ya faltó, junto a consejeros de otras comunidades, a un reciente consejo sectorial.

“Claridad” contra sabotajes

“Es importante que los autores (de los renacidos actos de violencia callejera) sepan con claridad que no cuentan con el apoyo político de nadie”. Con esas palabras, la portavoz del Gobierno, Idoia Mendia, emplazó ayer, aunque sin mencionarla, a la candidata de EH Bildu, Laura Mintegi, a condenar claramente esos ataques.

Mendia consideró igualmente fundamental, para evitar todo equívoco entre quienes estén llevando a cabo esas actuaciones violentas “que todas las personas, todos los candidatos y candidatas que concurren a las elecciones, sean claros en la condena de este tipo de actos”.

La portavoz, que por primera vez expresaba su “absoluto rechazo” también en su condición de consejera de Interior, consideró que se trata de casos “aislados”. Esa condición no les priva, sin embargo, de su carácter condenable. A su entender, “muestran la intolerancia que todavía pervive en algunos sectores”. “Y, desde luego, merecerían el rechazo de todas las fuerzas políticas”, recalcó.

Así como unos primeros incendios de contenedores fueron descartados por Interior como actos de kale borroka, la Ertzaintza sí ve la firma de los autores habituales de ese tipo de actos en el pasado en la más reciente quema de un cajero en Arrasate-Mondragón, en el ataque a un repetidor en Lezama (Bizkaia) y en las pintadas a favor de ETA en la Casa del Pueblo de Hernani.

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