El curso escolar se vivirá en la calle

El curso escolar que arranca este viernes en Infantil y Primaria, para 370.440 niños y niñas, estará marcado por las movilizaciones contra los recortes. Padres, docentes y sindicatos preparan un amplio calendario de protestas. Coincidiendo con la apertura de puertas de los colegios se leerán manifiestos en defensa de la escuela pública, el próximo 14 se hará lo mismo en los institutos, y el día 22 se celebrará la primera gran manifestación en Valencia y Alicante.

 Arranca un curso en el que se pondrá a prueba la capacidad de resistencia de los colectivos docentes a la hora de mantener el éxito de las movilizaciones en la calle contra la Administración educativa del PP, que ha recortado plantillas y presupuestos, ha impuesto más horas lectivas para los docentes, y ha dado alas a la educación privada concertada. Precisamente la Confederación de asociaciones de madres y padres de alumnos de la Comunidad Valenciana, Gonzalo Anaya, puso el grito en el cielo y exigió a la consejería que paralice los “centros iniciativa social”, con los que la Generalitat prepara concesiones de suelo público a empresas privadas por 75 años para la construcción de colegios concertados. “Si hay plazas vacías en la red pública la Administración no debe invertir en centros privados concertados”, dijo el presidente de la confederación de AMPA, Tomás Sempere, en una nota de prensa, en la que lamentó que las familias que apuestan por la escuela pública sufran este curso “aumento de alumnos por aulas, menos becas de libros, transporte y comedor”. Numerosos centros escolares desconocían en la noche del jueves si dispondrán de transporte escolar. En Alboraia el Ayuntamiento comunicó extraoficialmente que no lo habrá y en el CEIP Manuel González de Benifaraig la inspección educativa también les comunicó que no habrá autobús.

Por primera vez el sistema público educativo pierde alumnos (1,3%) y la red privada-concertada gana 10.000 nuevos matriculados. Habrá 11.081 alumnos menos en las aulas debido a la caída de la natalidad y al descenso de matrícula de extranjeros. El aumento del horario lectivo (de 18 a 20 horas) y el descenso del número de alumnos ha permitido a la consejería contratar 1.221 profesores menos. Estos últimos días centenares de interinos han guardado colas interminables en busca del certificado médico para poder optar a una plaza. La consejería introdujo este requisito, y dio un plazo de tres días, lo que colapsó centros de salud y direcciones territoriales. Pese a las nuevas construcciones, todavía unos 18.000 alumnos estudiarán en 800 aulas prefabricadas.

Pero este curso también aporta algunas novedades como el aumento de la ratio por aula (de 20 a 25 alumnos en Primaria y de 30 a 32 en ESO), y la introducción del inglés obligatorio, dos días por semana, en Infantil.

A la hora de las lecturas, la federación de Enseñanza de CC OO criticó que un aumento de ratio “más propio de hace tres décadas cuando se aprobaron los Pactos de la Moncloa tras la dictadura”, dijo Miguel Ángel Vera, en rueda de prensa en Alicante. El sindicalista culpó al PP de “degradar” la calidad de la enseñanza pública pese que es una “oportunidad para salir de la crisis”. El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Joan Calabuig, lamentó que haya 92 parcelas pendientes de construcciones escolares y unos 200 profesores menos en las aulas. Y la coordinadora de Esquerra Unida, Marga Sanz, criticó la eliminación de ocho Cefires (Centros de Formación, Innovación y Recursos Educativos) porque su desmantelamiento supone “un ataque a la calidad de la enseñanza y un desprecio al trabajo docente”.