PNV y Gobierno alargan su polémica sobre el estado real de las cuentas

La situación de la economía vasca y de la contabilidad pública no logran quedarse al margen del debate partidista. Prácticamente desde el inicio de la legislatura, la crisis, la decreciente recaudación de las haciendas forales, la reforma fiscal, y la contabilidad han estado en el centro de la polémica pública. Pero en el último año se ha recrudecido, de forma especial, sobre todo desde que en febrero, el PNV augurara la quiebra del Gobierno vasco. Ayer solicitó una auditoría externa de la gestión socialista para contrastar los datos que el pasado jueves ofreció el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, con abundante soporte documental para desmentir las acusaciones nacionalistas.

Ayer, tras conocerse la petición de una auditoría externa, el Gobierno respondió que las cuentas públicas vascas está controladas y jurídicamente garantizadas por la Oficina interna de Control Económico, (OCE) en la que curiosamente, la mayoría de sus actuales jefes de servicio, han sido altos cargos del último Gabinete de Juan José Ibarretxe. En concreto, los tres —de los cuatro— miembros de ese órgano que tiene encomendado el seguimiento y la legalidad de la ejecución presupuestaria del Gobierno socialista, y que pertenecen al PNV o están en su órbita, son Javier Losa, ex jefe de la OCE con Idoia Zenarruzabeitia como vicepresidenta y consejera de Hacienda del Gobierno, y ahora miembro del Araba Buru Batzar; el que fuera secretario general de Idoia Zenarruzabeitia, Joseba Alcalde; y el ex viceconsejero de Zenarruzabeitia, Manu Urkijo.

El presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, afirmó ayer en una entrevista en Onda Vasca que, tras la comparecencia de Aguirre, para hacer balance de la gestión presupuestaria del Gobierno vasco y avanzar su previsión para el cierre del ejercicio, “todavía queda más claro que hay que poner las cuentas en orden”.

Tres de los cuatro miembros de la actual OCE fueron cargos de Ibarretxe

A su juicio, de los datos ofrecidos por Aguirre, se concluye que, en tres años y medio, el gabinete López “ha multiplicado la deuda con la que se encontró por diez” y esto supone que hay que poner en orden las cuentas y revisarlas, para lo que sería un excelente instrumento una “auditoría externa independiente” que analice la situación.

Aunque el presidente del PNV puntualizó que confía en el funcionariado y los órganos internos del Ejecutivo autónomo, consideró que “ese ejercicio de transparencia, de verdad y de sinceridad” que ironizó respecto del Ejecuivo, debe estar “reforzado” por una auditoría independiente. El consejero socialista, Carlos Aguirre, atribuyó el pasado jueves al Gabinete de Ibarretxe, uno de cada tres euros de la actual deuda.

Poco después de las críticas del candidato del PNV, el Gobierno vasco aseguró que las cuentas públicas vascas son las más transparentes de la historia. “No ha habido Gobierno más transparente en materia económica”, que el dirigido por el PSE-EE en Euskadi, respondió la presidencia en una nota. El Ejecutivo presidido por Patxi López expresó su decepción por la estrategia del PNV y de su presidente Iñigo Urkullu de atacar y desprestigiar la imagen de Euskadi “en su afán por desgastar al Gobierno vasco”. Con un cierto tono de hastío por las reiteradas críticas, el Gobierno aseguró que “el señor Urkullu, al parecer, no se fía de los funcionarios, no se fía del Tribunal de Cuentas y no se fía del Parlamento vasco y de sus propios parlamentarios, que cuentan con toda la información”. El Ejecutivo cree que Urkullu “ofende gravemente” la profesionalidad de los funcionarios que auditan las cuentas vascas, muchos de ellos del PNV.