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LA CUESTA DEL IVA EN SEVILLA

“La peluquería la dejaremos solo para ocasiones excepcionales”

Con menos ingresos y más impuestos, los empresarios sevillanos tratan de mantener precios y los clientes, se aprietan el cinturón

Javier Martín-Arroyo
Una mujer paga la compra en el supermercado
Una mujer paga la compra en el supermercadoEFE

“Vamos como pollo sin cabeza y no se está comprando porque se le mete el miedo al personal. Están haciendo más complicada la solución en vez de facilitar el empleo y el consumo”. Tomás Benítez lo ve crudo. Considera que el nuevo IVA, que ha entrado en vigor este sábado 1 de septiembre, le afectará principalmente en la cesta de la compra. Con ingresos mensuales de 1.500 euros, tiene dos hijos que “desgraciadamente” han vuelto a casa a vivir con él debido a la crisis, explica en la parada de autobús. En Sevilla, al menos, el billete del bus se mantiene en 1,30 euros.

Los comercios no habían notado menor afluencia, pero se palpa el miedo. “Está todo el mundo preocupadísimo y hablando de lo mismo, aunque hoy no he notado menos gente”, confirmaba poco después de la una del mediodía Miguel, gerente del bar Gloria Bendita, en el centro de la ciudad. Para que la clientela no le dé esquinazo, el propietario mantiene sus precios: un café a 1,2 euros, la caña a 1,10 euros y la tapa a 2,20 euros.

Durante esta semana también se han acelerado ventas para eludir la subida, como en Talleres Montero, en el barrio de Triana, donde Antonio Montero ha cerrado operaciones de venta de coches para que el cliente se ahorre entre 280 y 400 euros. “Hay gente que estaba en trámites de pensárselo y los cierres han crecido. Hoy llevo una mañana desastrosa, mientras que ayer cerramos una venta y el jueves dos”, dice con una media sonrisa. Con la subida, Montero relata que en su comercio un Opel Astra pasará de 19.600 euros a 20.100 euros. Y expresa sus dudas de que pueda mantener la media de 20 ventas al mes de las marcas Opel y Tata que comercializa, o si el miedo paralizará las ventas. El viernes, para evitar la subida, se pudieron ver colas en varias gasolineras de Bormujos, en el Aljarafe sevillano.

La mayoría de consumidores teme la subida en la compra de alimentos. “Al cine no voy, pero aún voy a ir menos”, bromea Juani Sánchez en el centro comercial Plaza de Armas. “Y la peluquería, solo para ocasiones excepcionales. En casa aún no hemos echado cuentas”, añade. En este centro comercial estaba Albero Zapatos, que de momento mantiene los precios porque los zapatos de esta temporada fueron adquiridos hace meses. “Para la próxima temporada de primavera sí habrá subida. Hasta entonces los clientes no lo sentirán. Creo que ya no va a ser un antojo, sino una necesidad”, afirma la dependienta Carmen Escobar. Ayer a las 12.30 no se había notado un descenso de clientes, aunque al ser un día de regreso de vacaciones, en la capital sevillana pocas familias salen de compras tras la huida a la costa en agosto.

Junto a la zapatería, la cafetería de la cadena Jamaica Café de Indias sí han subido los precios: si el viernes se cobró el café a 1,20 euros, desde ayer ha pasado a 1,25 euros. Sin embargo, los precios son los mismos para los trabajadores del centro comercial, que seguirán pagando un euro por el café. Si el desayuno tiene tostada, la ventaja es mayor y de 3,4 euros para el público general, los trabajadores lo siguen pagando a dos euros. “De momento no ha habido quejas”, cuenta la camarera Susana Lechuga.

Sin embargo, la mayoría de bares no subirá los precios y los dueños explican que de otro modo los clientes se quedarían en casa y el cierre del negocio estaría cerca. Ayer la afluencia no varió en los bares. “El cliente no te dirá nada, pero si subes los precios en vez de dos veces vendrá una. Ni yo ni nadie en la zona ha subido los precios”, sostiene Aurelio García, en el bar La Gallega, en el centro de Sevilla. El menú con café y postre sigue a siete euros, el café solo a 1,10 euros y la tapa a dos euros. “Desde que paró la construcción hacemos menos de 300 euros de caja”, añade García. En el barrio del Porvenir, Guillermo Maese, sigue la pauta de García. El bar Colombia seguirá con los desayunos a 1,80 euros y la caña a 1,10 euros. “La cerveza ya no da beneficios y ahora me la van a subir”, se queja.

En el mismo barrio la papelería Mi Papel mantendrá igualmente precios pese a la subida que afecta a los materiales en la vuelta al cole. “La clientela viene asustada y luego se tranquiliza”, relata la dependienta Estefanía de Haro. El cliente José Antonio Ramón lamenta que en el colegio “no han tenido el detalle de decir el material para comprarlo antes".

Mientras, los cines intentan que la subida de 13 puntos en el IVA no ahuyente a los espectadores, ya en caída libre los últimos años. Ayer el Avenida 5 Cines del centro no tenía previsto una subida del precio de la entrada, confirmó la taquillera Lucía Rodríguez. Otros, como el Metromar Cinemas sí que modificarán el precio, aunque está aún por decidir si será de 70 o 90 céntimos. Ayer, sin la subida, ver una película aún costaba 6,60 euros y 5,90 euros el día del espectador.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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