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Cataluña, a la conquista de Venecia

Barcelona exporta su arquitectura en la Bienal, pese a no poder ser premiada

Pabellón de Cataluña y Baleares en Venecia.
Pabellón de Cataluña y Baleares en Venecia.INSTITUT RAMON LLULL

“La arquitectura es el principal activo de Barcelona y no me refiero solo al patrimonio. Durante años hemos podido trabajar en nuestro país, pero ahora que la situación impone salir, nos estamos dando cuenta de que podemos exportar arquitectura”. Lo afirma Ramón Vilalta, fundador con Carme Pigem y Rafael Aranda del estudio RCR Arquitectes de Olot. Vilalta y Pigem no ocultan su satisfacción ya que en esta 13ª Bienal de Arquitectura de Venecia su trabajo se presenta en tres ámbitos distintos. En el Pabellón de España exhiben su mundo interior, a través de vídeos, imágenes y un inodoro plegable, que ocupa la mitad de espacio y gasta la mitad de agua que los demás, a modo de ejemplo de 80 piezas de diseño industrial creadas en los últimos años. “No nos interesaba enseñar un proyecto concreto, sino ofrecer una idea de nuestra forma de mirar y actuar”, indica Vilalta. El estudio era conocido por sus proyectos catalanes, como la Biblioteca de Barcelona, la plaza y el teatro de Ripoll y la pista de atletismo de Olot, las tres maquetas que los estudiantes de Spain Mon Amourpasean por la exposición principal de la Bienal. Ahora trabajan cada vez más en el extranjero; acaban de ganar el concurso para la construcción del Museo Pierre Soulages, en Rodez, su ciudad natal. Además, Carme Pigem apadrina uno de los proyectos que se presentan en el Pabellón de Cataluña y Baleares, la ampliación del Instituto Josep Sureda de Palma.

El primer pabellón catalán en la Bienal de Arquitectura ha sido un verdadero éxito y ha concitado mucho más entusiasmo entre la prensa italiana y los profesionales que las dos precedentes participaciones del Instituto Ramon Llull (IRL) en la Bienal de Arte. Hasta el punto de que el titular de Cultura, Ferran Mascarell, declaró: “Hemos venido para quedarnos y consideramos que nuestro pabellón no es un evento collaterale, sino central, y seguiremos trabajando para conseguir esta centralidad”. Esta declaración ha levantado ampollas en la organización. “No hay duda de que el contenido del espacio de Cataluña está a la altura y, en ocasiones, es mejor de otras participaciones nacionales. Sin embargo, las reglas de la Bienal son claras y no se puede considerar un pabellón nacional”, dijeron fuentes de la Bienal, lo que significa que no podrá optar a los premios que se conceden hoy por un jurado en el que está Benedetta Tagliabue, del estudio EMBT de Barcelona.

Benedetta Tagliabue del estudio EMBT de Barcelona es miembro del jurado

Entre los nombres que suenan para el premio al mejor pabellón están Rusia, Japón y España, donde hay tres estudios catalanes: RCR, Cloud9 y Vicente Guallart. Además, la instalación botánica del estudio Selgascano ha sido posible gracias a la colaboración del biólogo catalán Josep Selga. Otra prueba de la consideración que se tiene en el extranjero para la arquitectura catalana viene de la presencia de la maqueta de las viviendas para jóvenes de San Andreu, construidas por Emiliano López y Mónica Rivera, elegida por el prestigioso estudio británico Sergison Bates, para la exposición central de David Chipperfield. También en el Palacio Bembo, en la exhibición Traces of Centuries & Future Steps, que reúne las obras de 60 arquitectos de 26 países, Josep Lluís Mateo exhibe los cimientos que sustentan cuatro obras, desde la Edad del Bronce hasta la actualidad: los restos arqueológicos hallados durante la construcción de la Filmoteca de Cataluña, la propia Filmoteca, la sede de la compañía PGGM en Zeist (Holanda) y una antigua mansión rural de la Garrotxa.

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