Un informe de los bomberos denuncia ‘deficiencias’ en el fuego del Empordà
El documento critica ‘duplicidades’ y peticiones que no obtuvieron respuesta
El incendio que arrasó 13.000 hectáreas en el Alt Empordà el pasado 22 de julio desbordó a los Bomberos de la Generalitat. Un informe del Grupo de Apoyo de Actuaciones Forestales (GRAF) destaca “deficiencias” en la gestión del mismo. La “velocidad” con la que llegaron las "informaciones y peticiones a los gestores de la emergencia” fue “mucho mayor que la capacidad de priorizar, transmitir y supervisar las órdenes”. Y eso obligó a que parte de las decisiones se tomasen desde los “niveles operativos medios y a pie de fuego”.
El informe relata diversas situaciones en las que el caos afectó a la gestión de los medios. El consejero de Interior, Felip Puig, sostuvo en su comparecencia en la comisión de Interior del Parlament que, aunque en las primeras horas el fuego “se escapaba de la capacidad de extinción”, nunca mermó la “capacidad de actuación”.
“El descenso del nivel de toma de decisiones operativas” delegó en los “mandos a pie de línea” una “alta maniobrabilidad y capacidad” para “valorar, informar, hacer, dar por terminado, transmitirlo e ir a la siguiente incidencia”, según el documento. Pero no siempre se consiguió, lo que se tradujo en que algunos recursos quedasen “anclados en un único lugar, pese a haber finalizado la labor encomendada”.
Asimismo, el documento señala “deficiencias” en el retén y en la vigilancia de las líneas, tanto durante el día como por la noche, “pese a disponer de personal para hacer turnos”. Según el análisis, el retraso en la llegada del personal para hacer los relevos puede obedecer a problemas en el traslado, a que las paradas intermedias se prolongaron más de lo debido o a la hora de salida de los agentes desde los parques.
Algunos Bomberos y Agrupaciones de Defensa Forestal tuvieron la “percepción” de “estar demasiado rato esperando órdenes en el Punto de Tránsito [lugar que se establece para la distribución de los vehículos]”, según los GRAF. Aun así, el documento admite que era necesario “estructurar la entrada de los recursos a la zona caliente para ir ordenando el caos inicial” y paliar así el “nivel de confusión y desconocimiento de quién hace qué y dónde”.
El GRAF precisa también que la gestión de la emergencia fue “compleja y con duplicidades”: por ejemplo, “la necesidad de confirmación de respuesta de cada servicio (peticiones de auxilio y necesidades de extinción en cada sector) era lenta y en algunos casos inexistente”. Y alerta: “Estas peticiones de auxilio y celeridad provocan un aumento de la asunción de riesgo por parte de las dotaciones”. Interior negó ayer que el informe ponga negro sobre blanco deficiencias en la actuación y defendió la buena coordinación entre los distintos cuerpos.
Cuatro personas murieron en los incendios del Empordà de julio: dos en el de Portbou y dos en el de La Jonquera. Puig en ningún momento hizo autocrítica de su gestión, algo que le valió duras críticas por parte de la oposición, que le acusó de ser “triunfalista” a pesar de las muertes.
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