La muralla de Barcino renace
El derribo de dos edificios hace aflorar 22 metros del recinto fortificado del siglo III Los trabajos son una iniciativa del "Plan Barcino" que invertirá 2,1 millones de euros hasta 2015
El monumento más grande de Barcelona, la muralla romana construida hace casi 20 siglos, recupera 22 metros de su imponente perímetro fortificado. Tras derribar dos edificios que la ocultaban, los situados en los números 14 y 16 de la calle del Sots-tinent Navarro, ha aflorado el enorme muro, como una especie de superviviente de otra época, que sumados a los que ya eran visibles forma un lienzo de unos 40 metros. El derribo de los edificios —uno propiedad municipal, desocupado y tapiado desde hace años y el otro vacío desde 2011, tras un largo litigio con sus dueños— ha sido sufragado por el Ayuntamiento de Barcelona y por la empresa Lakitania SA, promotora de un hotel de lujo que construye Rafael Moneo en el número 7 de la calle de Lledó, justo en la parte interior del lienzo de muralla que ha quedado al descubierto.
El derribo ha permitido recuperar la torre número 28, una de las 76 con las que contó la ciudad romana desde finales del siglo III (según las nuevas dataciones), algo que hizo que se le conociera como “la ciudad coronada”. Los trabajos comenzaron el pasado 21 de julio y se han desarrollado en dos fases. En la inicial, se han separado los dos edificios de la muralla para no dañarla. Desde la segunda quincena de agosto se ha procedido a la demolición de los edificios que permitirán liberar un espacio de más de 400 metros cuadrados de superficie que se transformarán en espacio público, según informa Foment de Ciutat Vella.
Cuando en septiembre el hotel abra sus puertas podrán verse una espléndida galería gótica, un gran patio con columnas del siglo XVII y sobre todo, el interior de la torre decorada con pinturas medievales que conserva, además, la única puerta de acceso al paso de ronda de la muralla.
El Ayuntamiento también tiene en el punto de mira los número 18 y 20, pero Jaume Ciurana, empeñado en recuperar los restos de Barcino, asegura que “será más adelante”.
La actuación sobre la muralla romana es uno de los trabajos previstos en el "plan Barcino" que impulsa el quinto teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Ciurana y que aprobó en comisión de gobierno el Ayuntamiento de Barcelona en junio pasado. Pero no es el único. En la plaza de los Traginers, a unos pocos metros de la muralla descubierta, se localizó en la década de 1950, tras derribar otro edificio, la torre redonda situada en el ángulo inferior derecho de la muralla, además de una arcada gótica. Durante décadas esta construcción ha permanecido olvidada, casi desconocida y, por supuesto, cerrada al público. En las recientes jornadas celebradas en Barcelona entorno a la muralla, Carme Miró, responsable del Plan de Arqueología Urbana del Ayuntamiento de Barcelona aseguró que “ahora se procederá a recuperarla y abrirla, tras un exhaustivo estudio de los materiales de excavación”.
También se musealizarán varias de las domus romanas excavadas hace años en el interior de la ciudad amurallada. Es el caso de las calles de la calles Sant Honorat y Avinyó 15, además de la villa suburbana de la plaza Antonio Maura. También habrá una segunda campaña de excavación en el interior de la basílica de Sant Just i Pastor y se abrirá al público el conjunto episcopal de Barcino, donde destaca el baptisterio, en el subsuelo del Museo de Historia de Barcelona, Muhba, cerrado durante años. La mayor visualización del templo de Augusto, en la calle Paradís y la excavación en la misma plaza de Sant Jaume para localizar el foro romano, el centro neurálgico de Barcino, que no coincide totalmente con la actual plaza, con las principales cita de un plan municipal que cuenta con una dotación económica de 2.150.000 euros hasta el año 2015.
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