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Marijaia arde para renacer en 2013

Miles de ciudadanos despiden en la Ría al icono festivo de la Aste Nagusia

Marijaia arde en la Ría, frente al Ayuntamiento.
Marijaia arde en la Ría, frente al Ayuntamiento.F. D.-ALDAMA

Es el símbolo de la fiesta y a ella le corresponde cerrarla. Marijaia se despidió anoche de los bilbaínos hasta el año próximo. Lo hizo como acostumbra: hundiéndose en la Ría tras haber ardido en su catamarán y arropada por los grandes protagonistas de la Aste Nagusia: la pregonera, Virginia Berasategi; la txupinera, Nerea Orizaola —ambas en una de las embarcaciones—, las comparsas y, sobre todo, los miles de ciudadanos, algunos visiblemente exhaustos tras una semana de intensa jarana, que se agolparon en los muelles del Nervión.

Marijaia se fue y no volverá hasta la próxima Aste Nagusia, en la que el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, adelantó que habrá menos conciertos o alguno será de pago como consecuencia de la crisis. “Entre dar prioridad a los servicios sociales o a los conciertos, lo tengo claro”, declaró a la SER.

“¿Por qué la queman?”, preguntaba un hijo a su padre mientras ambos esperaban, frente el Ayuntamiento, la llegada de la rubía más famosa de Bilbao. “¡Porque es la costumbre!”, obtuvo por toda respuesta el pequeño. No se quedó muy convencido.

Azkuna apunta una reducción de conciertos o que alguno será de pago

Como viene haciendo los últimos cuatro años, Marijaia inició su triste despedida en el puente de La Merced, a eso de las diez y veinte de la noche, escoltada por 28 remeros del club Deusto a bordo de dos traineras, todos ellos ataviados de blanco y con el pañuelo azul de fiestas al cuello. Para que nadie perdiera detalle, cañones de luz iluminaron en todo momento la singladura. La música amenízó el lento discurrir gracias a las potentes torres de sonido colocadas en el trayecto.

Una vez en el puente del Arenal, las txosnas apagaron sus luces y todo se quedó a oscuras. La música sonó más fuerte —Txoria Txori, de Mikel Laboa— y empezaron los efectos de pirotecnia colocados a los lados de la Ría y en el catamarán de Marijaia.

Tras cruzar el puente del Ayuntamiento, la pregonera leyó muy emocionada unos versos de despedida y, a continuación, Orizaola, cargada con el txupin de fiestas, ordenó prender el fuego purificador. Las llamas que consumen a la reina de la Aste Nagusia simbolizan, por un lado, el final de la fiesta y, por otro, el nuevo comienzo, el inicio de la cuenta atrás para la próxima Semana Grande. Miles de personas entonaron el Agur Marijaia!, la canción compuesta por Shanti Basauri y Julen Gabiria. El espectáculo de la pirotecnia Zaragozana cerró la semana de fiestas.

Habrá que esperar un año para volver a disfrutar de la Aste Nagusia. Aunque aún queda mucho, Azkuna, teniendo en cuenta las dificultades presupuestarias por la crisis, anunció menos conciertos para 2013 u otros de pago. “Son más de 300 actos gratis a cuenta del Ayuntamiento. El año que viene no vamos a poder pagar todas las rondas”, advirtió. “Veremos qué se puede hacer el próximo verano. Pero entre realizar las obras de los barrios, dedicar dinero a acción social o a los conciertos... Os podéis imaginar a qué me voy a lanzar. Igual tiene que haber un concierto menos o un concierto de pago”, agregó. El alcalde bilbaíno hizo un balance “bueno” de las fiestas y descartó que el Espacio Karola vuelva a acoger conciertos en el futuro.

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