La música, antídoto contra el calor

Agosto ya no es sinónimo de aburrimiento en Barcelona. Un festival de música en vivo ha hecho que muchas personas que huían corriendo de la ciudad durante el mes más caluroso del año se queden. Después de 10 años, el festival San Miguel Mas i Mas se ha convertido en un clásico del verano, una cita que ha seducido a miles de barceloneses y turistas. Este año, la oferta es de más de 400 actuaciones, desde el tradicional jazz al techno, pasando por el flamenco, la música clásica y el funk.

Solo hace falta acercarse cualquier tarde noche, después de una calurosa jornada, al Jamboree, sede principal del festival. El emblemático club de jazz, que ha recibido la visita de personalidades como Dalí, Miró y Serrat, está a reventar. Las actuaciones de las que ha sido escenario en las últimas semanas, en especial la del pianista latinoamericano Roberto Fonseca y la del saxofonista angloamericano Benny Golson, agotaron las entradas e incluso dejaron a muchos con las ganas de poder entrar.

Aún quedan ocho noches impregnadas de jazz, entre las que destacan la presentación del Noah Preminger Quartet y un concierto de Carme Canela con Albert Bover en homenaje a Shirley Horn. También son para no perderse los lunes de WTF Jam Sessions, en los que la improvisación y la fusión de géneros musicales se apoderan del escenario.

La oferta va del jazz al ‘techno’, pasando por el flamenco, la música clásica y el ‘funk

La gran novedad de este 2012 ha sido la incorporación del Museo de Historia de Barcelona (Muhba) como sede del festival. Todos los días y mediante tres recitales de 30 minutos de duración, se presentan diferentes intérpretes de música clásica. “El museo ha hecho que un nuevo público se interese por los conciertos y ha resultado un éxito de taquilla”, explica el director y creador del festival, Joan Mas. La próxima semana continúan las actuaciones diarias, con la presencia, entre otros, de Júlia Farrés-Llongueras y Stanislav Angelov.

El flamenco se va posicionando con fuerza como género musical del festival, atrayendo principalmente a un público extranjero, mientras que los barceloneses prefieren el jazz y la música clásica. “Es una lástima que se siga creyendo que los espectáculos de flamenco en Barcelona son para turistas, porque este año tenemos actuaciones de altísima calidad”, señala Mas. Destaca el espectáculo de Karime Amaya, la sobrina nieta de la legendaria Carmen Amaya, la bailaora del Somorrostro. Junto a la agrupación A Media Luz, se presenta diariamente en la sala Tarantos, hasta finales de este mes.

Y para los amantes de la música de cámara, el Palau de la Música tiene programado dos conciertos del saxofonista Llibert Fortuny, los lunes y martes y un único concierto protagonizado por el guitarrista Roger Mas, el viernes 30. El Palau también ha sido la sede escogida para la gran clausura el día 31 de agosto, con la presentación de los artistas Andrea Motis, Joan Chamorro y Scott Robinson. “Para el último evento hemos vendido más de 1.000 entradas y lo más seguro es que se agoten”, asegura Mas.

El reto para el próximo año es el mismo que el de estos años: seguir llenando el vacío que dejaba el mes de agosto con una oferta musical de calidad. Pero habrá un factor añadido: tendrán que adaptarse a la subida del IVA cultural, que entra en vigor en septiembre. El precio de las entradas, que durante los últimos cuatro años ha oscilado entre 8 y 12 euros, subirá dos. “El esfuerzo que hemos hecho ha sido muy grande, pero con las nuevas medidas es imposible continuar con los mismos precios”, dice Mas.

La buena noticia, según Mas, será que el número de conciertos diarios para el próximo año, también aumentará. Por tanto, también los motivos para no abandonar la ciudad en agosto.