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Lo mejor del cortometraje al aire libre

El festival Mecal Air se convierte en la meca de los aficionados de este género

Son la flor y nata de los cortometrajes. Fueron escogidos entre los 350 expuestos en el festival Mecal Pro del pasado abril, que a su vez fueron seleccionados entre 4.500. Si a esto le añadimos el Poble Espanyol de Barcelona como escenario y las estrellas como compañía, resulta en la tercera edición del Mecal Air, un festival que ofrece cortometrajes de primerísima calidad al aire libre.

Siguiendo su tradicional línea de humor, el festival ha escogido títulos irónicos y divertidos para referirse a sus diferentes temáticas. Para los interesados en temas de amor, están las sesiones Te quiero. Por cierto, ¿cómo te llamabas?, mientras que los aficionados del terror pueden asistir al especial Qué miedo me das. Por su parte, las sesiones Nerds, frikis y otras rarezas humanas, responden a la moda de utilizar el ridículo para generar humor. Las preferidas del público son las que forman parte del especial de sexo Tócame aquí, aquí no.

Entrada de 2,5 euros

Todos los viernes y hasta finales de septiembre, la sala Baluard del Poble Espanyol abre sus puertas por el asequible precio de 2,50 euros. “Ofrecemos este precio a quienes demuestren que vienen por el festival, y no como visitantes del Poble Espanyol”, explica Roberto Barrueco, director de Mecal. Aclara que para probarlo, los asistentes deben mostrar un folleto publicitario de Mecal Air, o reservar las entradas en Atrápalo.com.

Por ser una programación de verano, se han escogido contenidos impregnados de humor. “Hemos evitado la selección de dramas de larga duración”, señala el director. Cada sesión del Mecal empieza con una batidora de cortometrajes de temas variados, seguida de la temática del día y concluyendo con otra batidora. Para hacer que el espectáculo sea más ameno, se han establecido pausas en distintos momentos de la noche, que los espectadores aprovechan para tomarse una cerveza o distraerse un poco.

La noche de este viernes la sesión se viste con rebeldía. Se trata del especial Hell yeah, de heavy metal. Este documental se centra en una serie de entrevistas realizadas en el aparcamiento de un concierto de este género musical, acompañado de otros cortometrajes de la misma temática. Promete muchas risas.

Para las próximas semanas resalta el especial Oh my good there is no future (Dios mío, no hay futuro), sobre el fin del mundo. “Ya que todos moriremos en diciembre de este año, quisimos incluir cortometrajes que tratan este tema con humor e ironía”, bromea Barrueco. La sala Baluard, que llena cada viernes su capacidad de 450 personas, se ha convertido en meca de los aficionados del cortometraje.

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